Santiago Aparicio (Efe)
Agarrado a la ley del mínimo esfuerzo, al y sin grandes aspavientos sacó adelante Países Bajos el compromiso ante Qatar para sellar su clasificación como primera de su grupo y despedir a su rival con los peores registros históricos para un anfitrión: todo derrotas.
La cita sirvió para pocas cosas. Únicamente para apuntalar el calendario, mejorar las cifras goleadoras de Cody Gakpo y lograr el triunfo necesario, modo trámite, para alcanzar los octavos de final como campeón de grupo.
La fragilidad del adversario invitó a cierto relax al equipo de Louis van Gaal que contó de titular con Memphis Depay. Hacía algo más de dos meses que el atacante del Barcelona no jugaba de inicio un partido. Disfrutó de apariciones en los otros dos, frente a Senegal y Ecuador y reclamaba más peso en el once.
Necesita reivindicar su protagonismo el futbolista azulgrana relegado desde el inicio de temporada a un papel secundario por el desembarco de refuerzos en el plantel de Xavi Hernández y desplazado al ostracismo por culpa de la lesión en el bíceps femoral de la pierna izquierda que lo ha dejado sin minutos.
Estuvo activo desde que comenzó el choque, aunque decayó en su ímpetu igual que el de todo su equipo. Tuvo una buena ocasión al cuarto de hora que se marchó por poco.