Montero crispa al máximo al acusar al PP de fomentar la cultura de la violación
● Las palabras de la ministra de Igualdad recibieron el reproche incluso de la presidenta del Congreso ● Fueron “altamente ofensivas” para los populares, y el PSOE mostró su malestar
Irene Montero elevó ayer aún más el tono de crispación en el que parece haberse instalado el Congreso de los Diputados. La ministra de Igualdad acusó al PP de promover la cultura de la violación, unas palabras que recibieron el reproche incluso de la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, y encendieron al principal partido de la oposición, que ha pedido su dimisión.
La polémica por la rebaja de penas a delincuentes sexuales tras la entrada en vigor de la ley del sólo
sí es sí volvió a centrar buena parte de las preguntas al Gobierno en la sesión de control en el Congreso.
Cuando le tocó el turno a la ministra de Igualdad, interpelada por la diputada popular Belén Hoyo, Montero defendió la ley e hizo referencia a sendas campañas de sensibilización de Madrid y Galicia –regiones gobernadas por el PP– que, a su juicio, responsabilizan a las mujeres de las posibles agresiones que puedan sufrir.
Y lo hacen, dijo, con eslóganes como “vigila tu copa” o “no debería pasar pero pasa”, tras lo que Montero espetó al PP: “Ustedes promueven la cultura de la violación, que pone en cuestión la credibilidad de las víctimas”.
Inmediatamente, la bancada popular emitió una sonora protesta que hizo que la presidenta del Congreso pidiese silencio en varias ocasiones y se dirigiera a Montero para afirmar que la expresión que había utilizado “no es adecuada en términos parlamentarios”.
Batet pidió respeto en las expresiones y contención en el lenguaje en la Cámara y la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, tomó entonces la palabra para “dejar muy claro” que es “altamente ofensivo” que una dirigente política responsable de las políticas de igualdad vertiese esas afirmaciones contra su partido.
Este nuevo episodio de tensión se suma al provocado por la diputada de Vox Carla Toscano, que dijo que el único mérito de Montero era “conocer en profundidad a Pablo Iglesias”, lo que generó el rechazo de la mayoría de la Cámara.
Lejos de retractarse, Montero insistió después en su cuenta de Twitter en que “responsabilizar a las víctimas y no a los agresores en campañas institucionales tiene un nombre”, y adjuntó un documento de ONU Mujeres que explica “qué es la cultura de la violación”.
Las declaraciones de la ministra de Igualdad provocaron malestar en el PSOE, cuyo portavoz parlamentario, Patxi López, dijo que no le habían parecido “las mejores palabras tras todo lo vivido en el Congreso; precisamente ella, que ha sufrido esa agresividad verbal, no debería jugar con esto”.
Fuentes de Ferraz expresaron también su descontento y desde el propio Gobierno la ministra de Justicia, Pilar Llop, no respaldó las palabras de Montero. Todos los que votaron a favor de la ley integral y el pacto de Estado contra la violencia de género, como el PP, apuntó Llop, “están a la altura de las circunstancias”.
Mientras, la secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, prefirió centrarse en la actuación de Batet: “El Congreso es, o debería ser, la casa de la palabra. Lo primero que sobra es el hostigamiento, pero también las expresiones gruesas, las algaradas y el espectáculo. España merece mucho más que eso. Suerte que tenemos el raciocinio de Meritxell Batet”.
Pero Irene Montero también recibió apoyos, como el de la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra: “Cuando culpas a la víctima de la agresión sexual porque llevaba mallas e iba a correr por la noche estás promoviendo la cultura de la violación. Lo hace el PP y bien claro se lo ha dicho la ministra de igualdad. Muy bien”.
Desde Ciudadanos, su presidenta, Inés Arrimadas, ha tildado de “intolerable” la actuación de Montero, mientras su grupo pedía a la Mesa del Congreso que aclare los criterios para amonestar a diputados e incluso solicitarles abandonar el pleno en función de las expresiones utilizadas.
El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, se negó a valorar lo dicho por Montero, para no “fomentar el clasismo” y la “violencia” que, en su opinión, hay hacia la ministra.
Lejos de retractarse, Montero insistió después en Twitter en su ataque al PP