DESAYUNO DE REDACCIÓN EN EL
No, precisamente es para generar riqueza y empleo. Tenemos que hacer esa campaña de concienciación”, abunda.
Ese concepto de que el f lamenco se infiltra en otras áreas –los ejemplos de recitales flamencos por el Día Internacional del Flamenco o la obra
para el alumnado en las peñas– también puede extenderse a otras tradiciones y fiestas, “y las eleva”, considera Sosa. La saeta hace que la Semana Santa sea distinta. “El que venga y tenga la suerte de ver una imagen con un saetero o saetera interpretando una saeta hace que no tenga nada que ver con otra Semana Santa. Es otra experiencia”, plantea. Y el flamenco –insiste– distingue también a la feria. “En la Feria del Caballo, la caseta de mi peña de La Buena Gente fue premiada con el primer puesto. La primera vez que una peña lo ha logrado. La gente de fuera viene a escuchar flamenco, que es nuestra identidad, no reguetón”, añade. A eso se suma el de las zambombas que se lo ha dado el f lamenco, “cuando los villancicos han empezado en los ritmos de la bulería, cuando se han metido en los fines de fiesta. La zambomba era una antes y es una totalmente distinta ahora”, aclara. Es la visión del flamenco como “varita mágica” que engrandece lo que toca. “Dices: Esto es fiestas. Pero hay fiestas como las tradicionales donde el flamenco consigue que se eleve”, sentencia.