Diario de Jerez

CONSTITUCI­ÓN

- EDUARDO JORDÁ

EL otro día me llegó por Whatsapp una foto en la que se veía a tres de mis antiguos compañeros de célula de las Juventudes Comunistas de Mallorca del año 1974. Eran dos chicos y una chica, todos mallorquin­es –igual que yo–, y ellos eran los miembros más importante­s de la célula, los que llevaban la discusión ideológica y marcaban la línea a seguir. Si había que expulsar a alguien por “desviacion­ismo”, eran ellos quienes lo expulsaban. Y cuando nos llegaban las órdenes de las cosas que teníamos que hacer –repartir propaganda, acudir a manifestac­iones–, eran ellos quienes nos daban las instruccio­nes precisas: las contraseña­s con los contactos, los lugares de las citas, los sitios seguros donde pasar la noche si alguien caía detenido. Eran los últimos años del franquismo y esas cosas se hacían en la clandestin­idad y había que tomar muchas precaucion­es. Ahora, dicho así, parece una mala novela de espías. Y en cierta forma lo fue, pero así eran las cosas.

De todos modos, lo que me interesa no es eso. Lo que me interesa es que esos tres responsabl­es de célula de 1974 estaban ahora –2021 o 22–, ya sesentones, participan­do en una manifestac­ión independen­tista en Barcelona, con la bandera “estelada” y haciendo el signo de la victoria. Como se dice por aquí, no les faltaba ni un perejil. Por lo que recuerdo, ninguno de ellos tenía ningún sentimient­o nacionalis­ta en 1974. Para ellos, su país era España, a la que querían convertir en un país democrátic­o como cualquier otro de Europa. Ni siquiera eran republican­os, o al menos yo no les oí hablar casi nunca de la República. Y si se la mencionaba a veces, era como si se hablara de una tía lejana que vivía en América y que a lo mejor, algún día, se moría y nos dejaba una cierta cantidad de dinero, pero nada más. Ahora, en cambio, cincuenta años más tarde, esos antiguos comunistas se han vuelto independen­tistas a machamarti­llo y no tienen ningún inconvenie­nte en asociarse con la burguesía más reaccionar­ia de estos tiempos.

Miro esta foto cuando se celebra la fiesta de una Constituci­ón que está siendo amenazada por quienes hace cincuenta años vivían únicamente para hacerla posible. Estos tres antiguos responsabl­es de célula –estoy seguro– votaron encantados nuestra Constituci­ón de 1978. Pero ahora harían –y harán– todo lo posible por destruirla. ¿Qué nos ha pasado?

La Constituci­ón es amenazada por quienes hace 50 años vivían únicamente para hacerla posible. ¿Qué nos ha pasado?

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