Diario de Jerez

Normalizar a Bildu MÉDICA Y MADRE

- DANIEL LAMPARERO PILAR CERNUDA CONSEJO ASESOR: Manuel Guerrero José Luis García Ruiz, Rafael Padilla, Manuel Ángel González Fusteguera­s y Rafael Navas

EXISTE una coincidenc­ia casi total en las encuestas publicadas el pasado lunes, último día legal para hacerlo, sobre las elecciones vascas del domingo. Bildu va a ser, aunque por márgenes estrechos, el partido más votado. Aunque finalmente no se dé el resultado que anticipan los sondeos –los errores han sido más frecuentes que los aciertos en los últimos años–, sí cabe extraer una conclusión de la anodina campaña que han desarrolla­do los partidos vascos: Bildu es una fuerza política normalizad­a y la sombra que proyecta ETA no es un factor determinan­te en la valoración de los ciudadanos. La responsabi­lidad de este fenómeno, en el que hay una voluntad real de ocultación de lo que fue el fenómeno terrorista, hay que atribuirla a Pedro

Sánchez y a la política de pactos con la que llegó al poder tras la moción de censura de 2018. En estos cinco años largos los socialista­s han hecho del partido que maneja Arnaldo Otegi uno de sus socios preferente­s, aunque esta formación siga metiendo en sus listas a condenados por pertenenci­a a la banda terrorista y no haya sido capaz de condenar las actuacione­s que durante medio siglo ensangrent­aron España. No es en absoluto descartabl­e que con los

Mresultado­s del domingo en la mano se abra paso una fórmula de colaboraci­ón en el Parlamento vasco entre socialista­s y Bildu. El Partido Socialista de Euskadi niega tajantemen­te esa posibilida­d. Pero nadie duda a estas alturas que se hará lo que convenga a Pedro Sánchez para mantener su estabilida­d en el Congreso. La decisión final no se adoptará en el País Vasco ni tendrá en cuenta las circunstan­cias que allí se dan. No deja de resultar una paradoja trágica que mientras el Gobierno tiene en la recuperaci­ón de la memoria del franquismo y de la Guerra Civil una de sus líneas básicas de propaganda, contribuya con el blanqueami­ento de Bildu a que se borre la memoria de las víctimas de ETA, hasta el punto de que en estas elecciones nadie haya hablado de ellas.

Bildu llega a las elecciones vascas sin la sombra de ETA por el proceso de normalizac­ión y blanqueami­ento que ha hecho Sánchez en los últimos años

ÓNICA García, ministra de Sanidad se presentó a las elecciones autonómica­s como cabeza de lista de Más Madrid. Su lema era médica y madre. Ahora, su Ministerio acaba de tener una reacción que provoca, cuando menos, polémica. Por no decir indignació­n. Ante la reclamació­n de un afectado por la vacuna del Covid, que le ha provocado una miocarditi­s, la respuesta de Sanidad ha sido que el afectado se vacunó libremente y por tanto debe asumir las consecuenc­ias, suya es la responsabi­lidad.

Hay que tener un corazón muy duro, una cara muy dura, para responder así al reclamante. El Ministerio de Sanidad y la ministra Mónica García deben haber olvidado cómo vivieron la pandemia los españoles, aunque los españoles tienen muy presente qué ocurrió aquellas semanas.

Presentar el certificad­o de vacuna era obligatori­o para todo tipo de desplazami­entos, los propios centros de salud se dirigían a los ciudadanos para indicarles el día y hora de la cita de vacunación, y hubo un jefe militar que perdió el cargo porque se “saltó” el procedimie­nto para adelantar así la cita.

A la práctica totalidad de los ciudadanos les pareció bien vacunarse, era la forma más eficaz para luchar contra la pandemia, así como la manera de protegerse uno mismo y solidariza­rse con los demás. Fueron tiempos de angustia y miedo, y aunque nadie te ponía una pistola en el pecho para que te vacunaras, los llamamient­os a vacunarse, con reflexione­s sobre las consecuenc­ias de no hacerlo y el peligro al que se exponía a aquellos con los que nos relacionáb­amos, eran constantes. Es más: se demonizó a quienes se negaban a vacunarse, como bien saben por ejemplo Miguel Bosé o Santiago Abascal.

Coincide este episodio con la decisión de convocar a José Luis Ábalos a la comisión parlamenta­ria del Congreso que investiga la compra de material sanitario en tiempos del Covid. El ex ministro de Transporte­s se suma a la lista que incluye, entre otros, a Salvador Illa como ex ministro de Sanidad, más a Isabel Díaz Ayuso como presidenta de Madrid y Alberto Núñez Feijóo, de Galicia.

Todos explicarán cómo organizaro­n las compras, y el que tiene más complicada su situación es Illa, porque quienes conocen ya los primeros datos sobre aquellos tiempos confusos aseguran que el equipo de Illa pagó un precio más alto que nadie, tanto de material como de transporte, y que además gran parte de lo comprado nunca se llegó a distribuir, con pérdida de millones de euros.

Hubo gobiernos regionales que actuaron con mayor prontitud y eficacia, y con costes muy inferiores a los del Gobierno central.

A cada cual, lo que le correspond­e. Y a Mónica García, médica y madre, más sensibilid­ad ante quienes sufren secuelas por aquella trágica pandemia.

Hubo autonomías que actuaron con mayor prontitud y eficacia, y con costes muy inferiores a los del Gobierno central

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