Vence el candidato socialista en la moción de censura de Maracena
● El voto de una edil popular, desposeída de la concejalía de Urbanismo, consolida el cambio de gobierno en el municipio granadino
Levantó el dedo acusador hacia la edil del PP Soledad Carmona mientras se puso en pie y se disponía a irse. El alcalde del PP saliente, Julio Pérez, estaba recién depuesto como regidor de Maracena (Granada) en favor de Carlos Porcel, candidato del PSOE, pero no quiso escuchar las palabras de la que fue número cuatro de su partido en las elecciones municipales y posteriormente concejal de Urbanismo, cartera de la que relevó en diciembre sin explicaciones. Carmona, ya como edil no adscrita y como ex miembro del PP, votó a favor de la moción de censura que devuelve al PSOE el Ayuntamiento del municipio granadino.
Seguramente fue el último escarnio hacia el ya ex regidor, su partido y los diez meses de gestión que han quedado cuestionados y finalmente interrumpidos en un pleno donde se vieron solos, rodeados de unos 300 vecinos en su amplia mayoría partidarios de la moción, y en el que perdieron ampliamente el apoyo municipal.
La votación lo dejó patente: doce votos a favor de la coalición PSOE, IU y Maracena Conecta, más la edil No Adscrita, frente a los nueve, dos menos que lo que tenía al principio de la mañana, en contra de la moción (PP, Vox y Quiero Maracena).
Diez meses ha durado el gobierno con el que Maracena cambió de color político por primera vez desde 2003. Una moción de censura devuelve las cosas a como estaban hace un año, cuando ya había estallado la polémica por el asunto del secuestro de la que fuera concejal Vanessa Romero por parte de la ex pareja de la anterior alcaldesa, Berta Linares, y cuando aún pesaba el secreto de sumario sobre el caso en el que se llegó a investigar la posible relación de varios dirigentes socialistas, desde la propia Linares a Noel López, número dos del PSOE andaluz y ex regidor. Han sido diez meses donde han pasado muchas cosas, desde un deterioro del pacto de gobierno a cuatro bandas al sobreseimiento de las causas contra los socialistas en enero, y que ejercen de trasfondo en todo este embrollo que ha terminado al menos en este capítulo del serial de ayer.
El pleno donde se debatió la moción de censura fue largo y relativamente tenso: los 300 asistentes que llenaron el salón del ayuntamiento estaban a favor de la moción. Si había voces a favor del anterior alcalde, Julio Pérez, fueron escasas. El PSOE jugaba en casa y cada crítica o acusación que partía desde la bancada de la derecha era abucheada por el público. “Nos tenemos que dedicar a trabajar. Maracena tiene presente y futuro. No vamos a volver a las tinieblas y el rencor”, dijo Porcel en su turno de palabra, en el que atacó a Pérez y a su gobierno, que “creaba problemas en vez de solucionarlos”. La primera medida la anunció Porcel nada más ser alcalde:
Diez meses ha durado el gobierno con el que Maracena viró por vez primera el color político
la estabilización de los trabajadores del Ayuntamiento.
Pérez contraatacó sin un discurso preparado, pero tirando de datos y recordando que Porcel estuvo dieciséis años como concejal, en los cuales el Ayuntamiento generó una deuda de “40 millones de euros” y advirtiendo a Amabel Adarve (MC) y a Soledad Carmona que iban a “poner de alcalde a quien ha puesto a Maracena en la ruina”. Acusó a la Policía Local de Maracena de estar “engañados por su sindicato”. “Sois listos, en ese fango os movéis mejor que nadie”, espetó Pérez al afirmar que el PSOE miente en sus acusaciones, para acabar diciendo hasta tres veces “volveré”.
La intervención de Adarve, la edil que ha propiciado el cambio de gobierno, fue de las más aplaudidas. Recordó los motivos de su salida del gobierno y recordó que su decisión no podía coger de sorpresa al PP. “He avisado muchas veces de que este camino era incorrecto. Han preferido ignorarme. No he traicionado a nadie. Todo estabais al tanto”, dijo casi al final de su intervención, lo que llevó al primer encontronazo con la concejal del PP María Ángeles Parlade.
Otro turno controvertido fue el del portavoz de Quiero Maracena Miguel Ángel Fernández, el edil que rompió el pacto de gobierno en diciembre a condición de recibir la concejalía de Urbanismo en detrimento de Carmona. Su intervención fue en la que más se habló de urbanismo, donde centró su acusación a anteriores gobiernos por bloquear desarrollos.