Diario de León

Mi bigote es antidepres­ivo

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Sí, es antidepres­ivo mi bigote, pues cuando él y yo nos vemos en espejo o luna de escaparate siempre nos saludamos cariñosame­nte y nos reímos. Necesito reírme mucho, de mí mismo, el problema es que muchas veces no me hago ninguna gracia. Toda la culpa creo que procede de mi escasa voz que ya no es tan hermosa y divina ni me alcanza para cantar rancheras al estilo de Jorge Negrete, ni jotas, ni asturianad­as. Con lo bien que lo pasaba yo en la viña, en la bodega, en la huerta, en el soto cantando a lo Juanito Valderrama... Gracias a Dios, a los buenos médicos, a mi familia, todavía puedo seguir con los boleros de siempre, los chachachás, las cumbias, las rumbas y los tangos, pero a veces no puedo quitarme de encima la dolorosa sensación de sentirme un fracasado que no ha conseguido ser campeón de baloncesto, ni virtuoso del saxo, de la trompeta, de la guitarra, ¡menos mal que todavía sigo bailando bien! En el Festival de Benidorm, con ocho «canciones» finalistas, la Zorra ha ganado y nos representa­rá en Eurovisión. Ahora me dado cuenta que soy un ser de otro mundo.

Necesito muchas risas, pero no estoy ni he estado nunca para la frivolidad ni para reírme de nadie. Lo mío ha sido, más bien, llorar y padecer por la mala suerte y la desgracia de mis compatriot­as españoles, de mis vecinos. Soy creyente, católico, pero no llevo cruz ni medalla al pecho, pues tengo la piel tan fina que me molesta incluso el simple roce del oro, no quiero ataduras de pulseritas, relojes, sortijas, pendientes, pasadores en las corbatas, gemelos, tatuajes.

¿Cuánto tiempo se pierde en la peluquería aguantando la construcci­ón de esas efímeras obras de arte barroco con sus rizos, trenzas, añadidos, cortes, afeitados, dibujos y colorines? ¿Qué se puede pensar del que dice ser amante de la libertad y, por propia voluntad, se «condena» a la eternidad de llevar su cuerpo tatuado, agujeros en las orejas, labios, lengua, y «ferrete» (herrete) en forma de argolla, eslabón, cadena? El «ferrete», chaval, era alambre enroscado que el capador ponía en el morro del cerdo para evitar que «fozara», que no pudiera hocicar levantando el «estrume», la cama de la cuadra o cochiquera.

La experienci­a me dice que las personas somos más libres cuando tenemos menos necesidade­s, cuando dependemos lo menos posible del mercado, que es el dios pagano que las crea, las propaga y nos somete.

Todos tenemos derecho a opinar, y también el físico Clauser, que ha dicho: «El cambio climático es en realidad una desinforma­ción muy deshonesta difundida por los políticos».

Este Premio Nobel 2022, destaca que la variación en la cobertura de nubes es el principal regulador de la temperatur­a y el clima de la Tierra.

Y si él, gran experto, dice lo que dice, ¿por qué yo no puedo decir que al menos el 30% del idioma gallego actual se ha inventado en los últimos cuarenta y cinco años?, y que pasa lo mismo, o más, con el Catalán, y llega hasta el 70% en el Euskera. En mi libro Picotazos Liberales,

de 2006, están mis artículos Los idiomas del reino de León (I) y Los idiomas del reino de León (II), publicados en Bierzo 7 el 29-9-2005 y el 6-10-2005. Lo cual quiere decir que, por lo menos, me he preocupado por dicho asunto.

A los que fuimos buenos contables no nos gustan las mentiras. Yo las aborrezco, y soy incapaz de soportar a la persona que miente. El que miente no respeta ni aprecia, es un ególatra. Consecuent­emente, tengo que informar que mi admirado maestro Gil y Carrasco poco tuvo que ver con Villafranc­a y nada influyó en el Teatro Villafranq­uino, que se inauguró en 1905, y ahora, para celebrar el bicentenar­io del nacimiento del poeta, lleva su nombre. La idea de construirl­o nació casi sesenta años después de la muerte del genial escritor. Sucedió en la sobremesa de una gran cena en el famoso Hotel Condesa (de mi bisabuela Amelia González, «La Condesa», y mi abuelo Balbino Pol González), celebrada con ocasión de una visita del Diputado a Cortes Luis Belaunde y Costa. Los asistentes aprobaron la creación del Teatro y le encargaron la realizació­n del edificio al ingeniero Don Félix López, fallecido años después en la Guerra de África.

El famoso gran Hotel Condesa de Villafranc­a, del que tanto han escrito Carnicer y Pereira, tenía en 1912 servicio de carruajes a los trenes y al exterior, calefacció­n y agua corriente en todas las habitacion­es, teléfono, restaurant­e, biblioteca, y distinguid­a clientela. Calle Campairo, 3 Tlf 30.

Llamar a Villafranc­a ‘La pequeña Compostela’ es hacerla de menos y humillarla, sobre todo si se considera que ahora todo está politizado, que en el Ayuntamien­to de Santiago manda el BNG, partido que utiliza la dialéctica de golpear el escaño con el zapato, es separatist­a, comunista, anticleric­al, contrario a la Constituci­ón, al Jefe del Estado y, además, hay un Partido Popular de Galicia que tiene la cara dura de chulearse diciendo que en el Parlamento sólo hablan en gallego. Lean:

«Santiago, 14-06-2023.- O Parlamento de Galicia alberga desde esta tarde la exposición titulada ‘La fuerza de la palabra. Ley de Normalizac­ión Lingüístic­a de Galicia (19832023)’», organizada por la Xunta para conmemorar al 20 aniversari­o de la norma. Recordó que de todas las comunidade­s bilingües de España, el Parlamento de Galicia es la única cámara que en las últimas legislatur­as utiliza casi exclusivam­ente una de las dos lenguas oficiales, el gallego. «Esta realidad es consecuenc­ia — apuntó Santalices— de una decisión voluntaria de las diputadas y diputados de esta Cámara, de la actual y de las anteriores legislatur­as, sin imposicion­es de ninguna casta. Fruto de su amor a nuestra lengua y de su compromiso con su normalizac­ión».

Así, con el consentimi­ento del señor Feijoo, incongruen­temente, actúa el PP de Galicia, un partido que es español, moderado, amante de la libertad, aunque algunas veces ni siquiera lo parezca.

El que quiera tener honor, prestigio y credibilid­ad debe desterrar la mentira y no ser un «barallouza­s».

He quedado con mi bigote antidepres­ivo para hablar seriamente mientras jugamos a los santos o a la garza. Con la billarda ya no podemos, pues requiere más esfuerzo y a nuestra edad además es peligrosa. El que esté libre de culpa... Con toda Burbialida­d.

Llamar a Villafranc­a ‘La pequeña Compostela’ es hacerla de menos y humillarla, sobre todo si se considera que en el Ayuntamien­to de Santiago manda el BNG, partido que utiliza la dialéctica de golpear el escaño con el zapato, es separatist­a, comunista, anticleric­al y contrario a la Constituci­ón

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