‘La primera profecía’, estupenda precuela
Resultaba difícil apostar un duro por La primera profecía, el filme que este viernes llega a la cartelera. Al fin y al cabo, la trilogía que puso en marcha Richard Donner con la excelente La profecía (1976) y que continuó Don Taylor con la no menos brillante La maldición de Damien (1978), había acabado descarrilando con su desnortada tercera entrega, El final de Damien (Graham Baker, 1981). Tampoco un subproducto como La profecía 4: El renacer, directa a Fox Television, o el sonrojante remake que John Moore dirigió en 2006, La profecía: Omen 666, invitaban a soñar con un regreso a este universo que por tener tuvo hasta serie de televisión en 2016.
Pero la cinta que ha dirigido y coescrito la cineasta Arkasha Stevenson, cuyo talento detrás de las cámaras ya se había dejado ver en series como Nuevo sabor a cereza o Channel Zero, se ha descubierto como una estupenda precuela que aprovecha su vínculo con la película original para construir una historia completamente nueva que culmina con el nacimiento de Damien antes de que el pequeño sea adoptado por el diplomático Robert Thorn y su esposa Katherine. «La primera profecía es una precuela de la versión de 1976», desliza Stevenson en las notas de producción del filme, «pero para nosotros también era muy importante crear una historia que pudiera valerse por sí misma. Así que, aunque queremos que vean la versión de 1976, también queremos que llegue nuestro propio mensaje y que se una a la saga». «Siempre me pregunté de dónde venía Damien, cómo ese bebé logró llegar a los brazos de Robert y Katherine Thorn -explica el productor David S. Goyer-. Queríamos crear una película de terror de calidad que fuera a la vez intemporal y actual. Algo que apuntara al pasado, pero también a nuestro presente. Las películas de género funcionan mejor cuando son como espejos oscuros que reflejan nuestras ansiedades contemporáneas».
El personaje que sirve de conexión con la cinta del 76 es el padre Brennan, el cura que durante buena parte del largometraje trataba de advertir -no con mucho éxito- a Thorn de que el niño al que habían adoptado era el mismísimo descendiente del diablo. De hecho, ‘La primera profecía’ comienza precisamente con un diálogo entre un sacerdote y el padre Brennan en el interior de un confesionario. Habla el primero acerca de una concepción que no fue natural pero, de pronto, abandona la iglesia. Cuando el padre Brennan trata a gritos de sonsacarle algo más, el religioso le responde que solo quiere que se acabe. La historia pone entonces el foco en una joven estadounidense huérfana llamada Margaret Daino (Nell Tiger Free), que acaba de aterrizar en Roma en 1971, donde le espera el cardenal Lawrence.