Eurovisión llega a su final sin un favorito claro y con el lío de Israel
■ Todo está por decidir en Eurovisión 2024. La edición llega este sábado a su final a La 1 (21.00 horas) con un escenario abierto en el que todo puede pasar. Las principales casas de apuestas (según ha recopilado Eurovision Worlds) apuntan a una victoria del representante de Croacia, Baby Lasagna, con su canción Rim Tim Tagi Dim, sin embargo, en las últimas horas, la candidatura de Israel liderada por Eden Golan ha escalado posiciones hasta convertirse en la segunda favorita para llevarse el micrófono de cristal tras su primera actuación en directo en la segunda semifinal. Todo ello envuelto por una fuerte polémica por su participación en el concurso europeo, que provocó abucheos y protestas en Malmö censurando la actitud de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), que ha insistido en los últimos días en separar el espectáculo televisivo de la política.
Pero los ojos en España estarán puestos en el dúo alicantino Nebulossa, cuya Zorra hizo vibrar a los espectadores del Malmö Arena durante la actuación en la segunda semifinal. La candidatura de RTVE cantó en directo por primera vez delante del público, inyectándose una dosis de energía ante unos asistentes volcados con la cantante Mery Bas y participando incluso durante la actuación (corearon fuertemente el Soy más zorra todavía de la canción). Para ver a los representantes españoles en la final no habrá que esperar mucho: actuarán en la posición número ocho, como así lo decidieron los productores de la organización. Es el mismo puesto con el que cantó Blanca Paloma en la edición del año pasado.
La participación de Nebulossa en Eurovisión supone el colofón de una ascendente trayectoria musical que comenzó en enero. El dúo está formado por Mery Bas, de 55 años, y su marido Mark Dasousa, de 47. Ambos compaginan la gestión de un centro de spa en Ondara (Alicante), un estudio de música y este grupo musical que formaron en 2018. Se presentaron al Benidorm Fest sin que el cantante lo supiera, convirtiéndose en un fenómeno social que terminó desencadenando en la victoria en la preselección española. En un año, han pasado de hacer conciertos con decenas de personas a actuar ante los casi 200 millones de espectadores que siguen Eurovisión en todo el mundo.
Las casas de apuestas no auguran un buen resultado para los españoles: quedarían en el puesto 18.