ERGONOMÍA… AL VOLANTE
Acceso cómodo e intuitivo a las distintas funciones del coche
Pistas… para ‘una’ tendencia. El puesto de conducción del ‘Tiburón’ de 1955 ya daba algunas — muchas— pistas de las tendencias con las que DS Automobiles sorprende en cada lanzamiento: volante moobrazo, que permite ver en todo momento los indicadores del cuadro de instrumentos, y máxima agrupación de funciones al alcance de la mano; herencia, en suma, de tecnologías que facilitan la conducción, y que ya avanzó el ‘Tiburón’ anticipándose en casi siete décadas a las interfaces y tecnologías avanzadas que pueden disfrutarse a bordo de los actuales DS.
En 1955, la puesta del del DS ‘Tiburón’ en el Salón de París fue todo un acontecimiento: diseño revolucionario e innovaciones como la suspensión hidroneumática, aseguraban un confort y comportamiento rutero nunca visto hasta entonces.
Tampoco el interior se quedaba atrás: la ergonomía —concepto relativamente reciente— tomaba carta de naturaleza para ofrecer una experiencia de ‘pilotaje’ tan confortable como innovadora. También la hidráulica, que llevaba la unión del coche al suelo a otra dimensión, entraba por la puerta grande en otros sistemas como la dirección asistida; el volante estrenaba una configuración nomobrazo, pensada para aligenimalista. rar peso, facilitar su manejo y facilitar la visión del cuadro de instrumentos. Todos los mandos se ponían al alcance de la mano del conductor, incluida la palanca de cambios situada encima del volante. En versiones posteriores, se optó por indicadores rectangulares y lineales, mientras se apostaba por una depurada estética milargo Sesenta años después, con el resurgiendo de la marca DS Automobiles, esta filosofía se ha adaptado a los nuevos tiempos; manteniendo escrupulosamente el depurado diseño, la ergonomía y el minimalismo.
Siguiendo la estela de su ilustre antecesor, los actuales DS se convierten en embajadores del lujo y ‘savoir-faire’ francés en el mundo del automóvil.
El desarrollo tecnológico permite industrializar técnicas antes reservadas a los más hábiles artesanos llevándolas, sin perder un ápice de la esencia, a los refinados habitáculos actuales.
Junto con ingenieros y técnicos, se integran en la marca expertos en técnicas como el ‘guillochage’, que han acabado por convertir el ‘Clous de París’, hasta ahora patrimonio exclusivo de la alta relojería, en toda una seña de identidad para el fabricante de automóviles. Como la tapicería ‘Bracelet’, realizada con cueros selectos y el punto de perla heredados de la alta costura.
Inspirados en el espíritu innovador del DS ‘Tiburón’ (1955), los diferentes modelos y prototipos que ha venido desarrollando DS Automobiles destacan por un confortable, inmersivo y ergonómico puesto de conducción.