La empresa que le arrebató el Come y Calle a sus fundadores abandona
U La renuncia hace que, además de San Juan, los creadores de la marca mantengan San Froilán
El Come y Calle no perderá su identidad. Ni en San Juan y San Pedro, ni tampoco en San Froilán. El sello se mantendrá ligado a los creadores del evento, después de que la empresa a la que el Ayuntamiento de León había adjudicado la cita de octubre, Pinilla 6020, haya comunicado que renuncia ante «la imposibilidad de continuar con su participación en el procedimiento», como informó este viernes la administración en su perfil del contratante tras la comunicación de la afectada.
El desistimiento de Pinilla 6020 hace que la adjudicación pase a la siguiente oferta, presentada por Edualbany Fusión. La empresa, representada por Eduardo Álvarez Casais, hostelero del Albany y Las Termas, es la misma que ya había logrado la concesión para la cita de San Juan y San Pedro. El empresario llevaba las barras desde la edición de 2015 y forma parte del grupo que se había presentado al concurso con cuatro razones sociales diferentes: Lucibany 2020 SL, que fue la adjudicataria de 2023, Asociación Come y Calle y Déjame Pensar Producciones, S.L., la sociedad promotora del festival Monoloco.
En San Juan y San Pedro, pese a que había una oferta económica más alta de la empresa Pinilla 6020, los fundadores del Come y Calle lograron quedarse con la adjudicación gracias a la alta puntuación de su propuesta de conciertos y decoración. Esta
valoración complementó a los 56.006 euros que habían apuntado como pago al consistorio, casi el doble de los 30.051 euros del pasado año. Pero en San Froilán, la plica de la competidora, una sociedad creada el pasado 1 de abril, se fue hasta los 51.011,06 euros y arrebató la concesión a los fundadores que ahora lo recuperan y pagarán por la cita de octubre 42.006,02 euros.
La decisión hace que, por segunda vez, logren quedarse con la organización de la feria de las foodtrucks radicada en el parque de San Francisco. El evento, complementado con conciertos, talleres y mercadillo vintage, lo idearon en 2015, pero el pasado año el Ayuntamiento de León decidió sacarlo a concurso para apropiarse del éxito.
En la primera intentona, ganaron la concesión, que marcaba un plazo de un año y una prórroga de uno más. Pero el gobierno de José Antonio Diez no les renovó y sacó otro concurso. Esta vez, después de la renuncia del adjudicatario de San Froilán, el Come y Calle tampoco perderá su identidad. Al menos hasta el año que viene.
Los organizadores abonarán 56.006 euros por San Juan y 42.006 euros por San Froilán