‘Sin fin’, un cuento de amor romántico sin pudor con María León y Javier Rey
Brasil y Uruguay presentaron ayer en Málaga su producción conjunta ‘Benzinho’
MÁLAGA – María León y Francisco Rey protagonizan una historia de amor en la película Sin fin, un cuento romántico que juega con la ciencia ficción y los viajes en el tiempo, para mostrar, sin pudor, “el amor verdadero”.
Coinciden en la explicación sobre la esencia de la película los directores José Esteban y César Alenda, y los actores, que hacen un ejercicio de concentración para interpretar a la pareja en dos momentos diferentes de sus vidas pero en escenarios idénticos. Un trabajo “duro” y “complejo”, reconocen ambos, pero con un resultado excelente cargado de “confianza mutua” y con los directores. “Había que hilar muy fino para no perder al personaje”, explica María León, que pasa en la película de ser una mujer adulta, atormentada, sola y al borde del suicidio, a una chica luminosa, enamorada y capaz de parar el tiempo por el amor de su vida.
Javier es un joven científico idealista que, a los veintipocos años cree que conseguirá crear la máquina del tiempo que permita viajar al futuro y al pasado; tras una vida en común con María se ha vuelto insensible, desatiende a su amor y no percibe la infelicidad de su pareja. Los cambios de imagen que hacen creíble esa evolución complicaron el rodaje, explicaron ayer, porque se hizo en “agosto, en Madrid y Málaga y en medio de una ola de calor”, María León la mitad del tiempo portando una larga peluca de melena negra. Aún así, la actriz reiteró en la que presentación de la película su “enamoramiento” con el cine y con su profesión y las ganas que tiene de que “no tenga fin”. La película, proyectada ayer, compite por la Biznaga de Oro en la Sección Oficial de festival, que ayer entregó la Biznaga Ciudad del Paraíso a la actriz barcelonesa Mónica Randall por su trayectoria en el cine español.
También a competición en la sección oficial, Brasil y Uruguay presentaron su producción conjunta Benzinho, un poderoso retrato emocional de las peripecias de una familia que se reajusta cuando el hijo mayor anuncia su partida; una mirada femenina en donde la maternidad prevalece por encima de todas las demás. El filme, rodado en portugués, es “la historia de una mujer rodeada de hombres que la cuidan”, explicó la productora de Mutantes Cine, Agustina Chiarino.