Desbordada por la fiesta
Amaya acoge a miles de jóvenes en la edición primaveral de la fiesta universitaria, que se celebró con una semana de retraso por culpa de la riada que inundó parte de las instalaciones
La carpa universitaria de primavera volvió a celebrarse ayer por todo lo alto y, esta vez sí, la meteorología aportó su granito de arena para que miles de jóvenes pudiesen disfrutar de más de veinte horas de fiesta ininterrumpida. Y eso que la fecha no fue la que estaba marcada en el calendario, ya que tras el temporal de lluvia que sacudió Navarra la semana pasada, la organización del festival se vio obligada a retrasar la cita después de que el desbordamiento del río Arga inundase parte de la zona festiva de las instalaciones de la Ciudad Deportiva Amaya. Concretamente, el patinódromo no se vio afectado, pero sí que sufrieron anegaciones servicios como los baños, salidas de emergencias, la zona de Cruz Roja o el punto morado del Talde Feminista.
En cualquier caso, las instalaciones estuvieron a punto para la cita de ayer y ya se habían solventado los problemas generados en la zona de los aseos. Por ello, el retraso de la fecha no fue una excusa para que miles de jóvenes navarros volvieran un año más a uno de los festivales más importantes de la Comunidad Foral. Además, el sol lució durante todo el día por lo que el aplazamiento apenas tuvo consecuencias en la entrada. “El tener que esperar una semana más ha hecho que la cojamos con más ganas”, aseguró Asier Sierra, vecino de Barañáin de 23 años, que acabó Magisterio el año pasado.
CON GANAS DE SAN FERMÍN Una de las peculiaridades que caracteriza la carpa universitaria son las temáticas que cada carrera utiliza para decorar su barra. El ingenio de los estudiantes se renueva año tras año y ayer se pudo ver por el patinódromo al célebre capitán Jack Sparrow, tan bien caracterizado que hacía dudar de si se trataba del mismísimo Johnny Depp, que visitaba con frecuencia las barras de Magisborras, Fisio Circus o la de los ingenieros industriales, que ya se estaban preparando para los Juegos Olímpicos de este año.
Sin embargo, también hubo quienes decidieron no darle tantas vueltas a la cabeza y dejarse guiar por la tradición. Los estudiantes del grado de Relaciones Laborales quisieron dar un toque sanferminero a la carpa universitaria, cuando ya se ha subido al cuarto escalón en la cuenta atrás para las fiestas.
Vestidos de blanco y con el pañuelico rojo al cuello servían en la barra y animaban a la gente a que participase en los juegos de habilidad que habían preparado. No obstante, a las doce del mediodía detuvieron su actividad para simular un Chupinazo que fue celebrado como si se tratara de del 6 de julio. Sin duda, fue una de las novedades más llamativas de esta edición.
Desde la organización volvieron a apostar por el toro mecánico y por el Bubble Football, un minicampo de fútbol en el que los jugadores se introducen dentro de una burbuja de plástico y, a empujones, intentan marcar gol en la portería contraria, un actividad que congregó a numerosos espectadores. “Un amigo mío a entrado a jugar y ha sido muy divertido ver como salía bastante mareado”, confesó entre risas Joel Julián, estudiante de ESIC, a quien el cambio de fecha no le afectó, aunque afirmaba que varios conocidos “tuvieron que devolver la entrada”. Para estas personas que compraron la pulsera y no pudieron acudir, la organización reintegró el precio de las entradas y amplió los plazos de venta para quienes no tuviesen entrada y sí pudiesen ir.
En cuanto al programa musical, todos los grupos que estaban previstos para el pasado viernes confirmaron su presencia ayer, a excepción del grupo de rock navarro Hegaz, que fue sustituido por Kimera Rock. A las seis de la tarde arrancó la cita el grupo Levine, seguidos de Kimera Rock, Boheme y la noche la cerraron los DJS Dubi, Irregular Live con Fluor y JP Candela.
REPITE EL PUNTO MORADO Una de las novedades más destacadas de la pasada carpa de otoño fue la instalación de un punto morado organizado por el Talde Feminista de la UPNA, aunque ya llevan cuatro carpas impulsando diferentes iniciativas para evitar cualquier tipo de agresión sexista e informar sobre esta problemática y cómo enfrentarla. Las integrantes del Talde, Iratxe Enciso y Begoña Ibáñez explicaban que el punto morado se establece como una herramienta para evitar “comportamientos machistas”. “En las famosas pegatinas muchas veces se denigra a las mujeres, por lo que intentamos acabar con las que son irrespetuosas”, señalaron. Además, repartían sus propias pegatinas en contra de la violencia machista, chapas y también preservativos. ●