Comisión para elaborar una nueva Ley del Euskera
El Parlamento de Navarra ha creado y ha puesto en marcha recientemente una Comisión Especial para la elaboración de una propuesta para una nueva Ley Foral del Euskera. Precisamente el mismo día en el que la comisión ha celebrado su primera sesión hemos conocido que UPN y PPN han decidido no participar en la misma y que el PSN está analizando la posibilidad de tomar la misma decisión. Las supuestas razones para ello son las siguientes: por una parte, para modificar el estatus legal del euskera en Navarra habría que modificar la Ley Orgánica de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra (Lorafna) y en Navarra no tenemos competencia para ello; y, por otra parte, esta Comisión, por lo visto, se ha creado para favorecer los intereses de los nacionalistas y para la construcción nacional. El argumento principal del PSN es, según parece, que no está de acuerdo con el objetivo de la comisión. Todo ello merece una respuesta y algunas aclaraciones, he aquí las nuestras.
Para empezar, puesto que es llamativo y significativo, hay que decir que ésta es la única comisión que han abandonado dichas fuerzas políticas, precisamente la que se ha creado para dar pasos en el estatus legal del euskera. No puede ser una casualidad. Y, dicho sea de paso, es responsabilidad y deber de dichos grupos participar en los trabajos y tareas del Parlamento, pero no lo van a hacer. Los argumentos manejados para abandonar la comisión podrían haber sido utilizados igualmente antes de la creación de la propia comisión, de haberlo deseado. La Ley de Amejoramiento del Fuero está en vigor desde hace 36 años y la Ley del Euskera desde hace 32. ¿No tenían conocimiento de lo que decían ambas leyes hasta la sesión de ayer? ¿No habían hecho esa lectura hasta ahora? Y en lo que respecta al objetivo y a la función que tiene esta comisión, eso también podían haberlo pensado y comunicado antes. Acudieron, sin embargo, a la primera sesión de la comisión donde, por cierto, hicieron dos propuestas sobre las normas de funcionamiento, ambas aceptadas por el resto pero, sorpresa, horas más tarde comunican que la abandonan.
Sobre las intenciones que logrará satisfacer la comisión, hay que decir que es una lectura política interesada, estamos acostumbrados a ello. La función de la comisión está recogida en la resolución aprobada por el Parlamento y el resultado que pudiera ofrecer está en manos de todas las fuerzas políticas que formamos el Parlamento. Todas esas lecturas son, por tanto, una mera excusa.
La cuestión de la necesidad de modificar la Lorafna o la Ley del Euskera y la competencia que pueda tener Navarra al respecto es un debate interesante y que hay que realizar. Y ahí nos encontramos con dos hipótesis: por una parte, que efectivamente sea necesario modificar la Lorafna y, por otra, que sin necesidad de tal modificación se pueda cambiar el estatus legal del euskera estableciendo, por ejemplo, la oficialidad del euskera en todo el territorio de la comunidad, haciendo para ello una lectura más abierta de la Lorafna y de la Ley del Euskera. Pero en cualquiera de las dos hipótesis, el primer paso a realizar debería ser el mismo: decidir en Navarra, y más concretamente en el Parlamento de Navarra, cual es el estatus legal que queremos para el euskera y cuál es la propuesta concreta para ello. Ese paso debe darse necesariamente y, una vez adoptada esa decisión y definida la propuesta, deberá dilucidarse cómo se aplica esa decisión de la mayoría política e institucional. E, independientemente de la vía jurídica que se adoptara, no debería existir ningún impedimento para que se aplicara esa decisión política aceptada por la mayoría.
Y ahí se ubica, concretamente, la tarea de la comisión especial sobre la Ley del Euskera: debe realizar esa reflexión, debe hacer una propuesta sobre la Ley del Euskera, para que posteriormente sea vehiculizada y aplicada. Tal y como hemos explicado, cualquier hipótesis sobre la posible modificación de la Lorafna o de la Ley del Euskera nos obliga a dar el mismo paso, es decir, a acordar entre nosotros y nosotras qué es lo que necesitamos y lo que queremos. De cualquier modo, a esta reflexión sobre la Lorafna habría que añadirle otra idea: ¡con qué celeridad han renunciado estas fuerzas políticas tan forales y tan navarras al derecho y a la competencia de Navarra para hacer sus leyes y tomar sus decisiones! Han delegado al instante y con total sumisión la decisión sobre el estatus legal del euskera en Madrid, algo que tampoco nos sorprende demasiado. Hasta ahí, por tanto, lo que se refiere a las razones aportadas. Pero en realidad, a nuestro parecer, la explicación es mucho más simple y fácil: esta comisión exige un debate profundo y razonado y exige trabajo. Ni lo uno ni lo otro son del gusto de estas fuerzas políticas. Pretenden rehuir la reflexión, el análisis y el debate riguroso y argumentado, y pretenden rehuir el trabajo. En esta comisión no es suficiente con repetir una y mil veces y en voz muy alta un par de slogans rudimentarios e inconsistentes. UPN, PPN y PSN quieren tratar sobre el euskera, pero no en un debate sosegado, razonado y riguroso, ahí no se sienten cómodos, prefieren un discurso estruendoso e hiriente construido a base de brocha gorda. Esa es, por desgracia, la opción política que han adoptado pero, evidentemente, la comisión especial no es para eso y algunos se han situado fuera (UPN y PPN), y otros se lo están pensando (PSN).
Ante todo ello, ¿qué decir? Diremos que la comisión especial sobre la Ley del Euskera, tal y como ha ordenado el Parlamento, continuará desarrollando su trabajo. Preferiríamos que esas fuerzas políticas siguieran participando y, por supuesto, les hacemos un llamamiento a que rectifiquen en su decisión de abandonar la comisión, pero los que continuemos ahí realizaremos la labor que nos corresponde, tal y como exige la responsabilidad política e institucional. Será un proceso abierto e interesante, y el tiempo nos dirá hasta donde seremos capaces de llegar. ●