APUESTAS PERMANENTES
● Vocación social. Una de las tareas que Eusko Ikaskuntza asumió desde su fundación fue la atención a aquellas áreas y sectores sociales desatendidos por el estamento académico tradicional. El II Congreso de Estudios Vascos hizo un llamamiento para la creación y fortalecimiento de Cajas de Ahorros, entendidas como instrumento muy necesario para las economías populares. Sus gestiones darían fruto con el nacimiento de la Caja de Ahorros de Navarra en 1921: Ignacio Baleztena, Manuel de Irujo y Francisco Usechi, miembros de la Comisión de Hacienda de la Diputación Foral, presentaron unos Estatutos que fueron aprobados el día 29 de agosto. En los años 30, la recién constituida Delegación de Navarra decidió primar, entre sus actividades, las dedicadas a temas del campo también la segunda época, el sector primario ha sido objeto de estudio: en 1980 se convocaban unas jornadas sobre el sector agroindustrial cuyas ponencias serán recogidas en el tomo Semana de las Merindades.
● Germen de la universidad.
En 1866, la Diputación de Navarra propuso la creación de un distrito universitario único para las cuatro provincias peninsulares vascas. Eusko Ikaskuntza retomó la idea en 1918 y emprendió una amplia campaña prouniversitaria que se prolongaría hasta la guerra civil. Y mientras llegaba, otorgó becas y pensiones a jóvenes para estudiar en universidades españolas e internacionales. El 70% de las solicitudes que le llegaron procedían de Bizkaia y Navarra; por disciplinas, Medicina y Derecho eran las más demandadas. También financiará trabajos de investigación: Eladio García, inspector de Enseñanza de Navarra, estudió en Suiza y Bélgica las orientaciones pedagógicas aplicables al contexto vasco, y Leoncio Urabayen (que donaría luego sus fondos a las UPNA) desarrolló serios trabajos sobre Geografía (1924-1927).
● Apoyo al euskera. Eusko Ikaskuntza desde sus inicios mostró un especial interés por el euskera. De hecho puso en marcha Euskaltzaindia y apoyó a las primeras ikastolas. En cuanto a Navarra, en 1925, los Ignacio Baleztena, Dámaso Inza, Leandro Olivier y José María Huarte crean Euskeraren Adiskideak, sociedad de promoción del euskara en Navarra que quedaría integrada en la Federación de Acción Popular Euskerista junto con otras seis entidades que trabajaban por el idioma. En 1933, en Estella, al amparo de su Sindicato de Iniciativa y Turismo y con financiación parcial de Eusko Ikaskuntza, se abrió la primera cátedra de Lengua Vasca.