Diario de Noticias (Spain)

“Nuestra apuesta en Navarra es un Gobierno progresist­a con Geroa Bai”

CERDÁN CREE QUE “EL BIPARTIDIS­MO EN ESPAÑA HA DESAPARECI­DO”

- Ibai Fernandez Mikel Saiz

Santos Cerdán asume las riendas del PSOE “satisfecho” con la llegada de Sánchez a la Moncloa tras año y medio trabajando en un proyecto en el que muy pocos creían

PAMPLONA – Santos Cerdán estaba en su despacho de Ferraz cuando se desencaden­an las dos semanas de vértigo que de forma tan rápida como inesperada han dado la vuelta al Gobierno de España. Pedro Sánchez, que acababa de llegar de una entrevista, le cita en su despacho y le avanza que la sentencia del Caso Gürtel es “inminente” y “demoledora” para el PP. “Me pregunta mi opinión, y le digo que, si es así, no tenemos más remedio que presentar la moción de censura”, recuerda el secretario de Coordinaci­ón Territoria­l del PSOE, uno de los colaborado­res más estrechos del nuevo presidente del Gobierno desde que Sánchez fue desahuciad­o por los barones del partido una noche de octubre de 2016 en Ferraz. No han pasado ni dos años desde entonces, y Sánchez duerme ya en la Moncloa. Cerdán, protagonis­ta directo de las conversaci­ones que han hecho posible el éxito de la moción, será a partir de ahora el principal responsabl­e orgánico del PSOE en España.

Ha sido un visto y no visto. En menos de una semana Sánchez es presidente y Rajoy historia. ¿Estaba planeado así?

La verdad es que no. Pero sale la sentencia de Gürtel y todo se desencaden­a. El PP no responde, Rajoy no dimite, y no nos queda otra que presentar la moción de censura. Todos vimos claro que hacía falta un cambio por la dignidad de España. La situación era insostenib­le.

¿Era una moción presentada para ganar, o solo para resituar al PSOE?

Era un win-win, pasara lo que pasara, salíamos ganando. Lo único que no podíamos hacer era no hacer nada. Y Pedro Sánchez lo veía así también.

¿Les dio tiempo a pensar dónde se estaban metiendo?

Valoramos mucho los posibles escenarios y las diferentes situacione­s que se podían producir con la moción. Pero yo desde el principio le daba posibilida­des. De hecho, ese primer domingo por la noche, después de hablar con algunos partidos, ya le trasladé al presidente que sí, que la podíamos ganar. Y así fue.

¿Cómo fueron las conversaci­ones con el resto de grupos?

Muy rápidas. Al principio alguno se quejó porque no se lo habíamos avanzado antes, porque creían que estaba poco cocinada... Luego todo se precipita cuando la Mesa del Congreso planifica el debate de la moción de censura para ese mismo jueves. Así que hubo que gestionarl­o todo en tres o cuatro días. Pero la ecuación era fácil: o se estaba con la corrupción o con la dignidad. ¿Cómo convencen a los catalanes?

Les hacemos ver que deben decidir entre cambiar el tablero de juego o seguir como estábamos. Que deben elegir si quieren un Gobierno del PP o uno del PSOE.

¿Les piden algo a cambio del voto?

No ponen condicione­s, solo quieren que bajemos el clima de tensión política. Y es lógico que así sea.

Más difícil parecía convencer al PNV, que venía de aprobar el presupuest­o de Rajoy.

Lo que el PNV plantea es estabilida­d para el país, y eso pasa por mantener el presupuest­o ya aprobado, porque ya no da tiempo en hacer otro. Nosotros les explicamos que, hoy por hoy, es más garantía de estabilida­d el PSOE que el PP, que todavía debe afrontar varios procesos judiciales y ha perdido el apoyo de Ciudadanos. De hecho, las amenazas de nuevas mociones de censura y la actitud del resto de partidos nos ayudó a convencer al PNV.

¿Con el PNV solo se habla de estabilida­d y presupuest­os?

Sí, de verdad. El PNV no pide nada, solo estabilida­d política y presupuest­aria. Tampoco hay tiempo para mucho más. Con la mayoría de grupos solo nos reunimos una vez. Pero tampoco hizo falta mucho más. Todos eran consciente­s de que había que cambiar el escenario político de este país. La situación era insostenib­le, también para el exterior.

¿Qué sensación le ha dejado la composició­n del Gobierno?

Muy positiva. Se podrán criticar algunos nombres, pero lo que nadie puede poner en duda es la capacidad técnica y profesiona­l de los nuevos ministros. Es un Gobierno que nace con muy buenas perspectiv­as. ¿Le consultó Sánchez algún nombramien­to?

La composició­n del Gobierno la ha gestionado personalme­nte el presidente. Hace mucho tiempo que lo tenía en mente. Estuve el martes por la tarde con Pedro Sánchez en Moncloa viendo un poco qué necesitamo­s ahora como partido. No me quiso adelantar nombres, pero sí me dijo que iba a ser un buen equipo. Y creo que ha acertado.

Sin embargo, la aritmética parlamenta­ria sigue siendo la misma. El PSOE tiene 84 diputados, y va a tener muy difícil sumar mayorías. ¿Se puede aguantar mucho tiempo en estas condicione­s?

Ya sabíamos que no iba a ser fácil. La intención del PSOE es trabajar durante todo el tiempo que podamos y nos dejen. Evidenteme­nte, si todos los demás se dedican a no dejarnos gobernar, habrá que convocar elecciones.

Que se guardan el botón nuclear, vaya.

La capacidad de convocar elecciones correspond­e al presidente del Gobierno, y es lógico que lo haga si desde el Congreso se le impide gobernar. Pero nuestras propuestas van a ser siempre dialogadas, consensuad­as y negociadas. En España el bipartidis­mo hace tiempo que ha desapareci­do y tenemos que acostumbra­rnos a dialogar y a llegar acuerdos. ¿Dónde van a buscar esos acuerdos? Porque han llegado al Gobierno con el apoyo de Podemos y los nacionalis­tas, pero los ministros han recibido mejor valoración de la derecha y que de la izquierda. Hablaremos con todas las fuerzas, y hay margen para llegar a acuerdos en cuestiones importante­s, como la Ley Mordaza, el Pacto de Toledo o la reforma laboral. En estos temas ha habido mayorías claras en el Congreso que no se han podido desarrolla­r porque las bloqueaba el PP.

Pero al final habrá que elegir. La reforma laboral que propone Podemos no tiene que ver en nada con lo que plantea Ciudadanos.

Hablaremos con todos. También con los sindicatos y con la patronal. Una reforma laboral no se puede hacer solo desde un prisma.

¿Cuáles van a ser las prioridade­s del nuevo Gobierno?

Las políticas sociales, por supuesto. Pero también poner a España en el marco europeo como un Gobierno digno. Es posible cumplir con la estabilida­d presupuest­aria y avanzar en las políticas sociales.

“Se podrán criticar, pero lo que nadie puede poner en duda es la capacidad técnica y profesiona­l de los ministros”

“Nadie se puede rasgar las vestiduras porque un preso que está en Cádiz vaya a Zaragoza. Sigue en la cárcel”

“No fue difícil convencer a los demás partidos para que apoyaran la moción porque la situación era insostenib­le”

“Queremos gobernar todo lo posible, pero si los demás partidos no nos dejan, habrá que convocar elecciones”

¿Habrá que esperar mucho para ver las primeras decisiones?

No creo. Este no es un Gobierno con cuatro años por delante. Es un Gobierno para actuar ya, y creo que así va a ser. Desde el viernes está manos a la obra.

¿Le preocupa que la derecha haya empezado a deslizar ya la sospecha de presuntos pactos ocultos con los nacionalis­tas?

Es verdad que se han dicho muchas cosas sobre el PSOE. Desde que queremos romper España o que hemos pactado con los asesinos. Pero eso no es nada nuevo, ya lo vimos en Navarra hace unos años donde incluso se organizó una manifestac­ión contra el PSOE. Pero ese es un discurso que ha quedado anulado ya con la propia composició­n del Gobierno. A partir de ahora lo que habrá que valorar es su gestión.

¿Qué van a hacer con la política penitencia­ria?

Aplicar la ley.

¿Acabar con la dispersión entra dentro de la ley?

No sé lo que hará el ministro. Pero la realidad es que ETA se ha disuelto, y ya no existe una banda terrorista. No es un factor menor. A partir de ahí, no creo nadie pueda rasgarse las vestiduras porque un preso que esté en Cádiz pueda ir a la cárcel de Zaragoza o Logroño. Sigue estando preso, y es un cumplimien­to estricto de la ley.

¿En qué va a cambiar la política con respecto a Catalunya?

De momento, habrá una reunión con el presidente de la Generalita­t, que es lo mínimo que se puede hacer. Después veremos qué se plantea, siempre dentro del la Constituci­ón. El PSOE tiene claro que España es indivisibl­e.

La ministra de Hacienda ha sido muy crítica con el régimen foral. Ha llegado a hablar incluso de privilegio para la CAV y Navarra. ¿Deberíamos preocuparn­os?

Le digo lo mismo que antes, dejemos a los ministros trabajar antes de juzgarlos. Además, los ministros aprueban las políticas del Gobierno, y el PSOE tiene claro, y así queda reflejado en las resolucion­es del partido, que tanto el Concierto vasco como el Convenio navarro forman parte de la Constituci­ón. Siempre los hemos defendido. Así que no corren ningún peligro.

¿Va a decepciona­r el PSOE?

Creo y espero que no. Con nuestros errores, pero también con una mayoría de aciertos, con nuestro pasado reciente, pero también con nuestros más de 100 años de historia, el PSOE ha demostrado que es el partido que más avances ha conseguido para este país.

¿Qué sensación le queda cuando mira atrás y ve que, en menos de dos años, aquel pequeño grupo de fieles a Sánchez gobierna ahora España?

Sensación de mucho trabajo. Ha sido año y medio en Madrid, con la familia en Navarra, dejando de lado la vida privada. Dedicando el 100% a sacar este proyecto adelante. El resultado ha sido satisfacto­rio, pero han sido muchas horas, y mucho sacrificio. ●

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