Adacen, entre la terapia y la convivencia
El centro de día y la residencia de Adacen en Mutilva cumplen 15 años en los que han atendido a 104 personas con daño cerebral y a sus familias; un servicio “indispensable” para ellos.
El centro de día construye un puente entre los servicios sanitarios y los servicios sociales para, a través de este modelo sociosanitario de calidad de vida, trabajar para la salud y para el bienestar social, explicó la neuropsicóloga María Jesús Ruiz, coordinadora del centro de día de Adacen (Asociación de Daño Cerebral de Navarra), quien señaló que “vemos con las familias que siempre hablan de un antes y un después. Su después es nuestro ahora. Lo que nosotros hacemos es que la vida sea lo más satisfactoria posible, crear nuevos proyectos de vida, que se interrumpen completamente con el daño cerebral, y eso lo hacemos a través de la terapia y de la convivencia”. Este centro de día, que fue pionero en el Estado en la atención a personas con daño cerebral adquirido, y la residencia de la asociación celebraron ayer sus primeros quince años de vida; una fecha “muy especial”.
Una de las personas que estuvo luchando por poner en marcha este proyecto, José Luis Herrera, recordó, en la rueda de prensa celebrada en la sede de Mutilva, los inicios de la asociación que unas cuantas familias con hijos o parientes con daño cerebral crearon en el año 1993 ante la necesidad de seguir trabajando en la recuperación de sus seres queridos, una vez finalizada la fase rehabilitadora intensiva del sistema sanitario público. Comenzaron ofreciendo un servicio de información, asesoramiento y logopedia y, poco a poco, sumaron otros, como fisioterapia, neuropsicología... hasta que se dieron cuenta de que “lo mejor para ellos y para las familias era la creación de un centro donde estas personas pudieran pasar todos los días de 10.00 a 17.30 horas”, ya que requerían de una atención a largo plazo, indicó el presidente de Adacen. “Conseguimos este terreno, el crédito bancario, la ayuda institucional e hicimos este centro”, resumió Herrera, que reconoció que la iniciativa supuso “una mejora terrible”.
Por su parte, Ruiz destacó que, con la creación del centro de día, cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de los usuarios mediante el desarrollo de la autonomía personal y la funcionalidad de su vida diaria, Adacen constató que “el daño cerebral lo que necesita es una atención sociosanitaria” y que, además, “garantiza la continuidad asistencial”, que “es algo muy importante”. Sostuvo que requiere de una atención específica, especializada y multidisciplinar, de manera que los servicios técnicos de fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional, trabajo social, neuropsicología y psicopedagogía trabajan intensamente en el ámbito de la estimulación para tratar de detener el deterioro, y “todo esto se hace en un ámbito de convivencia, en un ámbito social, con actividad ocupacional, con actividades de ocio, con actividades preocupacionales”.
No obstante, la atención también abarca a la familia, porque “es muy importante acompañarla en todo este proceso”, que es indefinido, como lo son las 31 plazas del centro.
En cuanto a la residencia, viven nueve personas y cuentan con una plaza para situaciones de respiro familiar o de urgencia, si bien en los meses de julio y agosto se elevan a 14 las plazas concertadas. Como expuso la psicopedagoga Maite Palacios, coordinadora de la vivienda, “no sólo ofrece prestaciones de atención y servicios, sino que es un lugar en donde se desarrollan actividades desde la perspectiva de calidad. Es un espacio de vida donde, por encima de todo, es un entorno de hogar”, con espacios para que “la vida cotidiana sea posible y, sobre todo, que no sea masificado”.
Estos dos recursos, que han permitido atender a más de 100 personas así como normalizar la vida de sus familias, se han convertido en “un servicio ahora mismo indispensable”, reconoció Herrera, porque “estamos mucho mejor nosotros y ellos”. Como concluyó el director gerente de Adacen, Francisco Fernández, “no estaríamos aquí hoy si no hubiera sido por el apoyo del departamento de Derechos Sociales, a través de los sucesivos conciertos que han ido apoyando la consolidación y la extensión de este recurso. Y es un claro ejemplo de lo positivo que es la colaboración entre el Tercer Sector y la administración pública”. ●