Innerarity y Jaume López piden un “debate serio” en torno al derecho a decidir
El filósofo y el profesor catalán coinciden en la necesidad de prestigiar un instrumento que es reflejo de la soberanía popular
PAMPLONA – El filósofo Daniel Innerarity y el profesor universitario Jaume López desarrollaron ayer un debate en torno al derecho a decidir como instrumento democrático y de representación de la soberanía popular. La charla, que se desarrolló en la librería Katakrak y estuvo moderada por Zelai Nikolas (de Gure Esku Dago), abordó el derecho a decidir desde la perspectiva de Catalunya, pero también desde la de Navarra. Y ambos expertos coincidieron en que el derecho a decidir, por su cariz de herramienta que otorga a la ciudadanía una forma de participación directa, tiene que ser tomado “muy en serio”, como precisó Innerarity.
“El derecho a decidir no puede estar mal gestionado, porque ahí tenemos el ejemplo del brexit. Sin un debate serio y una deliberación previa con una mínima calidad no puede haber un derecho a decidir de calidad”, consideró el catedrático de filosofía política de la Universidad del País Vasco – Euskal Herriko Unibertsitatea. “La soberanía popular es algo muy serio, y hay que hacer bien las cosas”, apuntó.
LA MIRADA EN QUEBEC Y ESCOCIA Una línea similar mantuvo Jaume López, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Pompeu i Fabra de Barcelona, quien presentó su libro El derecho a decidir, la vía catalana (título que también nombró a la charla). López se esforzó en ampliar la noción de derecho a decidir, sacarla del ámbito territorial en el que el debate político suele enmarcarla y reconceptuarla como lo que es, “una dimensión clara de las democracias actuales que no sólo sirve para lo territorial”.
En ese sentido, consideró que “no se puede delimitar en democracia los temas sobre el derecho a decidir”. Y si el debate se centra en el aspecto territorial y la autodeterminación, “hay que tener claro el sujeto político nacional”. Una vez claro ese concepto, “el derecho a decidir se parece más a lo que ha sucedido en Quebec y Escocia”. Es decir, un derecho a decidir ejercitado con garantías, sin las turbulencias que pudieron verse en Catalunya en el referéndum del pasado 1 de octubre. “El Estado debe ofrecernos la posibilidad de salir por la puerta, y no de mala manera por la ventana”, concluyó Jaume López.