A TO PARA RGAL
PSIS de Etxabakoitz desde 2015. Las naves, que lindan con la vía del tren al norte y con la avenida de Aróstegui al sur, están ubicadas en dos parcelas. Una pertenece a la Inmobiliaria Urquía y la otra de Tallunce SL, la mercantil que tras el cierre de Argal utilizó el espacio para una empresa de catering y que también cesó en su actividad. La primera tiene una extensión de 5.468 m2 y la segunda alcanza los 2.152 m2.
DEBATE Enrique Maya (UPN) vinculó el derribo con el PSIS creado en 2007 para el desarrollo de la futura estación de alta velocidad y de una zona residencial. Para Abaurrea, el problema ha sido precisamente ese PSIS, que al no ponerse en marcha por su inviabilidad ha impedido llevar a cabo otras actuaciones en el barrio de Etxabakoitz. “EL PSIS no va a avanzar ni un milímetro más. De aquí, todo irá hacia atrás”, comentó el edil de EH Bildu.
Parecido argumento empleó Iñaki Cabasés (Geroa Bai), para quien el PSIS ha supuesto la paralización del desarrollo de Etxabakoitz, sin que se atisbe un trazado definitivo para eliminar el bucle de Pamplona como anunciaron sus impulsores. Recordó que la inclusión de las naves de Argal en el PSIS ha impedido en la práctica que el Ayuntamiento tenga autonomía para actuar en ese espacio, acusando a los regionalistas de apoyar un proyecto imposible de llevar a cabo desde un punto de vista financiero y sin perspectiva de solucionar el asunto de la estación y del trazado ferroviario.
Por parte del grupo socialista intervino Maite Esporrín, que defendió la iniciativa en los mismos términos que UPN, considerando que supone un respaldo al proyecto ferroviario. Como concejal de barrio, Armando Cuenca (Aranzadi) destacó que el derribo de las naves de Argal supone cumplir una antigua demanda vecinal que se venía reclamando en los foros de barrio.
Joseba Ginés, perteneciente a la comunidad educativa de Etxabakoitz, destacó el compromiso del cuatripartito para poner fin a una zona degradada y comentó que el barrio sigue necesitando muchas inversiones. ●