Historias de Gurs en Sakana
MAÑANA SE RECORDARÁ EN ALTSASU A 27 VECINOS QUE ESTUVIERON INTERNOS EN ESTE CAMPO FRANCÉS TRAS LA GUERRA
Con el objetivo de preservar la memoria y, sobre todo, para recordar y reparar las vulneraciones de derechos padecidas tras el alzamiento fascista, los ayuntamientos de Altsasu, Ziordia, Olazti, Etxarri Aranatz, Uharte Arakil y Arakil han organizado para mañana un homenaje y reconocimiento a vecinos de estas localidades, 27 en total, que estuvieron internos en este campo que permaneció abierto entre 1939 y 1945. Será a partir de las 18.00 horas en el centro cultural Iortia, con entrada libre hasta llenar el aforo de 100 personas. Junto a la lectura de un texto por parte de los representantes de los ayuntamientos, el historiador y profesor de la UPV Josu Chueca ofrecerá una conferencia sobre dicho campo y también se proyectará el documental Un recuerdo desde el olvido de la asociación Askatasunarte.
Tras la caída de Catalunya en febrero de 1939, miles de republicanos españoles buscaron refugio en Francia, donde quedaron hacinados en improvisados campos en la cosa del Rosellón como Argèles, le Barcarès o Saint-cyprien. Así, las autoridades francesas decidieron crear seis nuevos campos de aco- gida entre ellos el de Gurs. Construido en 42 días, se abrió en abril de 1939 con 4.000 personas, todas vascas. La primera remesa llegó comandada por un alsasuarra, Martín Soler Zangitu, capitán de la 142 Brigada Mixta Vasco Pirenaica y jefe del sub campo Gernika Berri.
De este delineante y tornero mecánico se cuenta que marcó un sistema organizativo con cierta disciplina para mantener a las personas activas, con trabajos de adecuación del campo así como actividades culturales y deportivas. Después llegaron más combatientes vascos, aviadores republicanos, brigadistas y otros soldados republicanos. Tras el armisticio de Francia el 22 de junio de 1940, Gurs pasó a depender del régimen de Vichy, aliados de los nazis. Entonces llegaron militantes de izquierda franceses y sobre todo judíos, 18.185 de 1940 a 1943, 3.907 fueron enviados a Auschwitz. Así, lo que en un primer momento fue concebido como un campo de refugiados pasó a ser un campo de concentración.
Situado al pie de los Pirineos franceses, en este lugar estuvieron confinadas 63.929 personas, entre éstas en torno a 500 navarros. Eran 80 hectáreas con 328 barracones donde llegaron a estar recluidas al mismo tiempo 18.000 personas. Debido al hacinamiento, llegaron las pulgas, los piojos, las ratas. Se extendió la sarna y hubo casos de escorbuto y tuberculosis por la humedad y el frío, anemias, paludismo y otras enfermedades que llevaron al Gobierno francés a repatriar a miles de republicanos, donde se enfrentaron a consejos de guerra.
Otra parte salió del campo al encontrar trabajo en empresas de la región del Béarn y otros muchos se fueron a Sudamérica. No obstante la mayor parte se integraron en las Compagnies de Travailleurs Étrangèrs como personal auxilar para la realización de obras de fortificación y otros muchos se alistaron en el ejército francés para combatir el nazismo.
Los que cayeron prisioneros fueron deportados al campo de exterminio de Mauthausen. Es la suerte que corrió otro alsasuarra, Valeriano Albiztur Mazkiaran, que fue liberado por los aliados en mayo de 1945. Otros dos de Altsasu Miguel Iriarte Uribe y Víctor Restituo Andueza dejaron sus vidas allí.
MEMORIA “Es un acto que también debe servir para que las nuevas generaciones conozcan qué ocurrió y qué circunstancias vitales padecieron aquellas personas”, señala el alcalde de Altsasu, Javier Ollo. Según datos de la sección de Memoria Historíca del Gobierno de Navarra, de Altsasu eran 17 vecinos. Uno de éstos era José Zelaia Agirre. “Me enteré que mi padre había estado allí cuando leí Gurs. El campo de los vascos. Sabía que había estado en una campo de concentración en las Landas pero mi padre hablaba muy poco de aquello”, recuerda su hijo, Juanjo Zelaia.
También sabe que estuvo en la guerra pero desconoce en qué frente. “Tenía una marca de un tiro en el brazo. Según a quién, le decía que le había mordido un cerdo de pequeño”. Y es que eran tiempos de silencios, de relatos en voz baja, penas llevadas por dentro y mucho miedo. Juanjo Zelaia tampoco sabe cuándo salió su padre de Gurs y se fue para Chile, donde vivió hasta 1967. “Después de leer el libro he sabido cómo vivían, las miserias y penurias que pasaron”, lamenta.
LISTADO En la triste lista de sakandarras que pasaron por el campo de Gurs, Altsasu ocupa el primer lugar con 17 personas: Valeriano Albiztur Mazkiaran (UGT), José Zelaia Agirre (CNT), Cristóbal Zelaia Iriarte (CNT), Joaquín Etxeberria Imaz (UGT), José Mª Gorospe Lezea (CNT), Francisco Lezea Larraza (UGT), Javier Mazkiaran Larraza (ANV), Ramón Mazkiaran Goikoetxea; Domingo Otxoa Imaz (UGT); Modesto Prieto Álvarez (JSU), Esteba San José Gallego (NC), Martín Soler Zangitu (PSOE), Enrique Urizar Zelaia (UGT), Octavio Vitoria Lacilla (PSOE), José Zornoza Zangitu (UGT), Juan Zufiaurre García (NC) y José Garrues Santesteban (UGT).
De Ziordia eran cuatro: Valentín Agirre Goikoetxea (UGT), Blas Lategi Arozarena (PCE) y los hermanos Francisco e Hilario Arza Ondarra. De Etxarri Aranatz eran dos: Bonifacio Fernández Aiestaran (UGT) y Antonio Velasco Arana (UGT), que falleció en este campo en 1940. Allí está enterrado, una lápida junta otras mil que recuerdan aquel horror. Otros dos sakanadarras eran de Uharte Arakil: los hermanos Luis y Dimas Fernandino Pérez. La lista se completa con Marcelo Monedero Simón (UGT), de Izurdiaga; Carmelo Gauna Malo (ANV), de Olazti y Ceferino Mijangos García (PCE/UGT), de Hiriberri. A todos ellos se les recordará mañana en Iortia. ●
De los 27, 17 eran de Altsasu, cuatro de Ziordia, dos de Etxarri, otros dos de Uharte Arakil y el resto de Olazti, Hiriberri e Izurdiaga.
El homenaje será a las 18.00 horas en Iortia, con una conferencia sobre Gurs a cargo de Josu Chueca y la proyección de un documental