Con el Mundial llega el silencio
El rover Opportunity que la NASA dejó caer en Marte no envía señales a la Tierra desde el martes. Hace dos semanas que se encontraba inspeccionando el llamado Valle de la Perseverancia del Planeta Rojo, donde se desató lo que parece ser una gigantesca tormenta de polvo que lo ha dejado sin energía en sus baterías. Queda la duda de que si, cuando escampe y vuelvan a conectarse, funcionarán o el polvo acumulado impedirá que se carguen con los rayos de luz. Bueno, más o menos como nos ocurre a nosotros cada vez que cerramos los ojos para dormir y pensamos si los abriremos al despertar. O como pudieron pensar los más de 600 migrantes a los que impidieron desembarcar del Aquarius en Italia y tuvieron que realizar un viaje añadido y caprichoso hasta Valencia, desafiando durante más horas su frágil supervivencia. Y bien pensado, podría ser que la tormenta en Marte tuviera algo que ver con todos los acontecimientos que se vivieron ayer. Ya me dirán si no. Es mucha casualidad que en una sola jornada se junten la vuelta de Urdangarin a por el aviso de que tiene que ingresar en el trullo, justo el mismo día del cese de Julen Lopetegui y la dimisión forzada del ministro de Cultura y Deportes, Màxim Huerta, y, todo ello, en vísperas del estreno del Mundial de Fútbol que arranca hoy en Rusia. Toda una conjunción interestelar que, bien analizada previamente, hubiera mostrado el destino como presidiario al cuñado del rey Felipe VI y cómo se quedarían en fuera de juego dos de los máximos protagonistas llamados a ocupar un lugar destacado en los acontecimiento de los próximos días. Pero no, no somos nada. Está claro. Detrás del Aquarius, un nuevo barco regresaba a otro puerto de Italia cargado esta vez de mil migrantes que no necesitaron dos días más de estar jugando a la ruleta rusa del naufragio. Hoy empieza el olvido: en cuanto arranque el Mundial a los migrantes del Mediterráneo, como al Opportunity, los tapará el silencio. ●