“Aquí pudo pasar con las preferentes lo mismo que pasó con Bankia”
López Merino cree que Caixabank no quiso ruido y decidió cambiar el producto para evitar problemas
PAMPLONA – Pasó casi desapercibido en la introducción y luego, por su puesto, UPN no preguntó por ello. López Merino, en el preámbulo inicial que el presidente de la comisión tuvo a bien otorgarle antes de comenzar, puso el foco sobre un aspecto acaso secundario, pero que pudo tener efectos de primer orden: las preferentes. En el imaginario colectivo reciente quedan esas imágenes de protestas, de personas (muchas de ellas mayores) que fueron poco menos que engañadas por sus cajeros de toda la vida para apostar por un producto complejo, a veces no bien explicado, que se llegó a colocar en condiciones abusivas aprovechando la escasa formación financiera de la sociedad en general y que terminó asociada a una entidad muy concreta: Bankia. Pero López Merino quiso cerrar el foco y no mirar tan lejos. También pudo pasar aquí, en Navarra. “Cuando te agobia la liqui- dez no piensas en otra cosa que en ver qué entra en la caja”, reflexionó, rescatando la lógica del sector. “Como nos falta tesorería (el exdirectivo siempre habla en esa primera persona del plural inclusiva) nos dedicamos a colocar preferentes, un caramelo envenenado que se metió a los clientes aprovechando la confianza en la Caja”, añadió. Cuando desapareció la Can, todo pudo terminar mal –advirtió–, pero apareció “el primo de Zumosol” convertido en Caixabank. “Vieron que tenían el 35% de la cuota de mercado en Navarra y dijeron: si a estos les hago lo que Bankia... La Caixa no es amiga del ruido y sottovoce quiso arreglar el asunto”.
Explicó entonces que el banco catalán accedió a cambiar las preferentes –“Que cuando desaparece Banca Cívica valen un 47% menos”, puntualizó”– por acciones convertibles. “Y aquí paz y después gloria”. En dos años, aseguró, ese cambio permitió a los tenedores recuperar el dinero y se evitó cualquier problema. “Si no, en Navarra hubiésemos tenido una plataforma como en Bankia, el mismo problema, al que además se hubiese tenido que enfrentar el Gobierno de Navarra”, aseguró. Terminó con una conclusión que sonó a respuesta a Enrique Goñi, quien defendió no sólo que en los últimos años de la Caja nadie perdió dinero, sino que los accionistas ganaron. “Con la absorción, los preferentistas de Banca Cívica tenían un caramelo envenenado que los transformó en regalo la Caixa. Pero no los anteriores”, cerró.
“Las preferentes de Banca Cívica eran un caramelo envenenado que convirtió en regalo la Caixa” MANUEL LÓPEZ MERINO Exdirector general de la CAMP