FNMC y reforma del mapa local: el valor de la participación
l próximo día 22, los representantes de las entidades locales de Navarra fijarán, en una asamblea de la Federación Navarra de Municipios y Concejos, su postura sobre el anteproyecto de ley foral de reforma de la Administración Local de Navarra, que el Gobierno nos entregó el 21 de mayo. La asamblea será la culminación de un proceso llevado a cabo desde nuestra entidad con el objetivo de que todos los cargos electos locales de Navarra pudieran reflexionar, recibir información y, finalmente, adoptar una postura sobre esta cuestión. Un proceso intenso, que ha durado dos años y medio y en el que hemos celebrado, en diversas fases, veinte reuniones en las distintas zonas de Navarra, en las que han participado medio millar de ediles. De hecho, de entre todas las actuaciones que habitualmente desarrolla la Federación, esta ha sido la que ha absorbido la mayor parte de nuestro trabajo.
Consciente de que esta legislatura se volvería a intentar aprobar una ley que reordenara la Administración Local de Navarra, propuse ya en los primeros días al frente de la entidad acometer la tarea de fijar, por nuestra parte, una postura que fuera el reflejo de la voluntad de las entidades locales. Tenía que ser un proceso en el que pudieran participar todos los cargos locales y lo hicieran de forma reflexiva y con los menores condicionantes posibles. Por eso, diseñamos un plan con diversas fases, que exigía mucho trabajo, pero nos permitía hacer bien las cosas.
La primera fase se puso en marcha antes de que el Gobierno de Navarra presentara ninguna propuesta. Esta anticipación fue deliberada, porque pensamos, al diseñar el proceso, que necesitábamos que la gente opinara sobre las características que creía que debía tener la Administración Local de este siglo XXI sin documentos previos que pudieran establecer cualquier condicionante. Celebramos ocho reuniones por zonas con las que abarcamos toda Navarra y en ellas reflexionamos primero y les preguntamos después sobre las cuestiones básicas que definirían, de forma muy básica, un modelo de Administración Local. En cada reunión se trabajaban en grupos
Etres materias: competencias, planta local y financiación; pero cada participante rellenaba después, de forma individual, un cuestionario con preguntas clave. Dichos cuestionarios nos sirvieron para conformar un documento de propuestas que entregamos al Gobierno de Navarra.
En la segunda fase, y después de que el Gobierno presentara su documento de líneas maestras para la reforma, volvimos a las zonas, primero, para que éste explicara dicho documento, en cuatro reuniones, y después, con otros ocho encuentros zonales, para volver a preguntar a los cargos locales sobre su postura, en un proceso de contraste entre los resultados de la primera fase y el texto entregado por el Ejecutivo. Los resultados se volcaron en un nuevo documento que volvimos a remitir al Gobierno de Navarra. Ahora, finalmente, se nos ha trasladado un texto articulado y, con todos los antecedentes citados, debemos decidir nuestra postura sobre el mismo. Son ellos y ellas, los representantes de los municipios, concejos y mancomunidades, los que la fijarán. Nuestra entidad representativa, la FNMC, ha realizado ya su trabajo, un trabajo costoso, pero presidido siempre por la voluntad de facilitar a todos los cargos electos información y espacios para opinar y, finalmente, decidir democráticamente. Un trabajo derivado de una decisión política de llevar a cabo un proceso lo más democrático y transparente posible, y sustentado sobre el buen trabajo del personal de la Federación. Desconozco, lógicamente, el resultado final de este proceso de tres años, pero sí quisiera poner en valor el mismo, en el que todas las personas con responsabilidad política en las entidades locales de Navarra han podido participar. ●
El autor es presidente de la FNMC
La FNMC ha realizado un trabajo costoso, presidido siempre por la voluntad de facilitar a todos los cargos electos información y espacios para opinar
Quisiera poner en valor este proceso de tres años, en el que todas las personas con responsabilidad política en las entidades locales de Navarra han participado