Funcional por encima de todo
Funcional, robusto, fiable y duradero. Cuatro cualidades que han hecho de los Suzuki modelos populares y muy valorados. Aquí se reeditan en el S-cross, es decir, en tamaño compacto, formato SUV y listo para disfrutar durante muchos años y kilómetros.
Hay personas que asocian lo funcional con lo aburrido o lo poco emocionante, y en ocasiones así sucede, pero también es cierto que otras muchas veces que un automóvil priorice su eficacia a la hora de atender nuestras exigencias no le resta el mínimo ápice de atractivo y disfrute en su utilización.
Es el caso del Suzuki S-cross, un SUV compacto (4,300 metros de largura, 1,785 de anchura, 1,585 de altura y 2,600 de distancia entre ejes, con un maletero de 430 litros, aunque sin rueda de repuesto) que responde a la perfección a la filosofía tan de Suzuki de vehículos que lo hacen todo de forma ejemplar, con un producto robusto, fiable y duradero como pocos. Estas cualidades son bien conocidas por quienes disfrutan de un turismo de la marca japonesa y también por quienes poseemos una motocicleta de esa firma. Es asimismo cierto que esa funcionalidad a veces también hace que los interiores cuenten con un diseño y unos materiales hechos para resistir el trato más exigente, aunque a primera vista no enamoren por su belleza o rompedoras formas, pero les aseguro que pasarán los años y todo seguirá como el primer día.
Siguiendo con el interior, no hay nada reprochable, al contrario, la habitabilidad es más que satisfactoria, el maletero se antoja amplio y tanto asientos como mandos y ergonomía responden acertadamente. También la visibilidad, con una posición de conducción más elevada que en un turismo convencional, y la notable luminosidad que reporta su superficie acristalada resultan convincentes. La comodidad se aprecia sobre todo cuando los kilómetros comienzan a acumularse, ya que este S-cross -aquí probado con el motor diésel 1.6 de 120 CV, 320 Nm, caja manual de seis marchas, aunque también dispone de cambio automático, tracción delantera en este caso, con la posibilidad muy recomendable de la tracción a las cuatro ruedas con modos de conducción Auto, Sport, Nieve y Lock, 180 km/h de velocidad punta y 4,1 litros de consumo medio homologado, con un precio de 18.900 euros más gastos de matriculación, es un devobuen rakilómetros de los buenos.
Su mecánica destaca por un funcionamiento refinado, silencioso y progresivo, con un buen rendimiento, que todavía sería mejor si los desarrollos de la caja de cambios no fueran tan largos, lo que obliga a hacer un uso más intensivo de lo deseado de su agradable cambio de marchas. La cuarta velocidad queda larga para rodar a 50 km/h en ciudad y la sexta (60 km/h de marcador cada mil vueltas) apenas es utilizable en carretera a 90 km/h, lo que la limita casi exclusivamente para vías de doble carril.
El comportamiento dinámico está francamente logrado. Sin ser un modelo deportivo, permite rodar a ritmo en todo tipo de trazados, con una respuesta precisa y reacciones nobles y progresivas, además de un elevado confort de marcha y una más que notable capacidad de absorción por parte de sus suspensiones, algo que agradeceremos sobre firmes deteriorados y en los inevitables reductores de velocidad de nuestras ciudades. Fácil, cómodo, divertido y muy agradable a los mandos, el Scross no resulta nada cansado e invita a rodar permanentemente y por todo tipo de itinerarios.
Junto al citado motor diésel, el Scross se oferta con dos mecánicas de gasolina también con turbocompresor, un 1.0 de tres cilindros con 111 CV, 170 Nm, cambio manual de cinco marchas, tracción delantera, 180 km/h y 5,0 litros de gasto medio, desde 14.950 euros; además del 1.4 VVT, con 140 CV, 220 Nm, tracción delantera o total, cambio manual o automático de seis relaciones, 200 km/h y consumos medios de 5,4 a 5,6 litros. Disponible en tres acabados (GL, GLE y GLX), este compacto SUV destaca por su completo equipamiento, con especial mención para su dotación de seguridad, que incluye mecanismos como el control predictivo de frenada o el control de velocidad adaptativo.
Sin duda, el S-cross es una compra para quienes se guían por la cabeza, pero también disfrutan conduciendo con el corazón. ●