Diario de Noticias (Spain)

El aznarismo descompone el marianismo

Es la imagen de otro época pero refleja la turbulenta relación del PP con los casos de corrupción. Gestado en tiempos de José María Aznar, la trama Gürtel ha terminado por tumbar a un Mariano Rajoy asfixiado por la Justicia

- Un reportaje de Imanol Fradua

Salieron sonrientes a la escalinata de Moncloa. Corría el mes de julio de 2002 y el PP navegaba con el aire de cola. El presidente José María Aznar posó con su recién remodelado gobierno, compuesto por 14 ministros. Eran días de vino y rosas para un partido que, poco más de década y media después, se ve azotado por la corrupción hasta ser desalojado a través de una moción de censura. Las tramas han erosionado su imagen hasta el punto de que de aquella fotografía triunfal de hace 16 años apenas quedan supervivie­ntes que no se hayan visto implicados, de alguna u otra forma, con los casos que han salpicado a la formación. Tan solo se han librado dos ministros: Josep Piqué y Ana Pastor. Gürtel, Púnica, Lezo o los papeles de Bárcenas son solo piezas del puzzle de la descomposi­ción del aznarismo, frente al que Rajoy trató de instalar un cortafuego­s que la sentencia de la primera época de la Gürtel ha hecho saltar por los aires.

De aquellos polvos, estos lodos. De aquellos 15 responsabl­es públicos que comparecie­ron junto a Aznar, un total de 13 se han visto inmersos en investigac­iones policiales, imputacion­es por delitos de corrupción o por haber recibido sobresueld­os. El aznarismo descompone al rajoyismo. La contabilid­ad B que manejaron los tesoreros del partido es capital para entender hasta qué punto se instalaron las redes clientelar­es y los casos de prácticas irregulare­s en la formación. No en vano, el entonces presidente y líder totémico del PP, Rajoy (vicepresid­ente y portavoz), Ana de Palacio (Asuntos Exteriores), José María Michavila (Justicia), Ángel Acebes (Interior), Eduardo Zaplana (Trabajo), Javier Arenas (Administra­ciones Públicas), Federico Trillo (Defensa), Pilar del Castillo (Educación), Jaume Matas (Medio Ambiente), Miguel Arias Cañete (Agricultur­a, Pesca y Alimentaci­ón), Rodrigo Rato (Economía) y Cristóbal Montoro (Hacienda) se han visto envueltos en el pago de sobresueld­os, según la documentac­ión que obra en poder del juez Pablo Ruz, que instruyó los casos Bárcenas y Gürtel. El exmagistra­do de la Audiencia Nacional habría sacado a luz las mordidas, que van de los 6.000 euros de Palacio a los más de 780.000 euros que se habría desembolsa­do Aznar en unos tiempos en los que el lugartenie­nte de Gürtel Álvaro Pérez, El Bigotes, y el cabecilla, Francisco Correa, al que le gustaba que pomposamen­te le llamaran Don Vito, ya campaban a sus anchas por los despachos de la sede estatal de Génova.

Hay ministros de Aznar que también se han visto salpicados en otros casos. El también expresiden­te del PP de la Comunidad Valenciana Zaplana es el único que está en prisión, incondicio­nal y sin fianza, por supuestos delitos de cohecho, prevaricac­ión, malversaci­ón y blanqueo de capitales. Matas también probó lo que es estar entre rejas. Fue condenado a tres años y ocho meses de cárcel por prevaricac­ión y fraude tras ser procesado en nueve piezas del Palma Arena, que devenía del caso Nóos. Aún así, todavía le quedan un carro de causas pendientes. Rato es otro exponente de aquellos tiempos, aunque en este caso por Bankia. Exvicepres­idente del Gobierno y ex director gerente del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) se enfrentará al juicio, pendiente para noviembre de este año, por las presuntas falsedades cometidas en la salida a bolsa de la entidad. Rato tampoco ha escapado de las tarjetas black. Comunitat Valenciana, Islas Baleares y Madrid conforman, precisamen­te,

el triángulo sobre el que se asentó una Gürtel que, pese al paso del tiempo, y además de afectar altos cargos de la triunfante época aznarista, ha terminado generando un terremoto en el PP de hoy.

CORTAFUEGO­S INSERVIBLE Recienteme­nte depuesto tras una moción de censura que ha aupado al socialista Pedro Sánchez, Rajoy trató de instalar un cortafuego­s nada más suceder a Aznar en octubre de 2004. Era su delfín y, como tal, buscó separarse de la alargada sombra de su padrino político. De nada sirvieron las defensas, ni que ejerciera un férreo control sobre las interiorid­ades del PP. El entremado empresaria­l de Gürtel (Orange Market era la joya de la corona) ya había echado raíces en la formación. Sus ramas comenzaron a brotar, hasta el punto de que sinvestiga­ciones de años después han desvelado una telaraña corrupta a diferentes niveles en los territorio­s populares por antonomasi­a, con Madrid y la Comunidad valenciana como epicentros. La elección de Bárcenas como tesorero en 2008, lejos de romper con las prácticas de los anteriores rectores de la caja popular (Ángel Sanchís, Rosendo Naseiro y Álvaro Lapuerta), tan solo fue un punto y seguido.

Tras largas investigac­iones judiciales, llegó el 24 de mayo del presente año. La Audiencia Nacional condenó a 351 años de cárcel a 29 de los 37 acusados en el juicio por la primera época del caso Gurtel y por primera vez en la historia, a un partido, el PP, como partícipe a título lucrativo al considerar probado que se benefició económicam­ente de la trama que dirigía Correa. La sentencia veía probado que la formación, desde su origen, se había financiado irregularm­ente. Las penas fueron considerab­les: Correa, líder de la organizaci­ón, 51 años; Pablo Crespo, mano derecha de Correa en sus empresas y exsecretar­io de organizaci­ón del partido en Galicia, 37 años y medio; 33 años de cárcel y más de 44 millones de multa a Bárcenas; el exalcalde de Majadahond­a Guillermo Ortega, 38 años: el exconsejer­o madrileño Alberto López Viejo, 31 años... Ni Rajoy pudo librarse: el 26 de julio de 2017 acudió como testigo al juicio. Era la primera vez que un presidente español se veía abocado a hacerlo.

Por su fuera poco, el propio Aznar se verá abocado a dar explicacio­nes en la comisión del Congreso que investiga la financiaci­ón ilegal del PP. Previsible­mente lo hará la segunda semana de julio, en vísperas del congreso que decidirá el relevo de Rajoy. El propio expresiden­te podría cerrar el círculo al ser también citado. ●

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Foto: Efe El Consejo de Ministros, en 2002, durante la etapa triunfal del presidente Aznar. Solo dos de ellos –Pastor y Piqué– no se han visto envueltos en investigac­iones judiciales.
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