Etxarri se reúne por San Adrián
CIENTOS DE ETXARRIARRAS CELEBRARON ESTA FIESTA MARCADA EN ROJO EN EL CALENDARIO LOCAL
En esta primavera en la que apenas se ha visto el sol, la meteorología acompañó ayer en las celebraciones de San Adrián, la fiesta entre las fiestas en Etxarri Aranatz. Y es que es un día muy especial para los etxarriarras, una fecha que se espera todo el año para volver a las campas que rodean la ermita del santo en un bello paraje de robles y hayas en las estribaciones de Aralar. Situado a unos 4,5 km del núcleo urbano, se convierte en lugar de encuentros de familias, amigos y viejos conocidos. También para conocer a nuevas personas.
Lo cierto es que se reúnen todos los mimbres para propiciar las relaciones, sobre todo en torno al camión del Ayuntamiento con los toneles , 1.000 litros de vino que pasó de mano en mano en las barkilak, nombre que se da en Etxarri a las tradicionales tazas de plata presentes en buena parte de los pueblos de Sakana. También se repartió mosto y agua.
Otro de los ingredientes de esta fiesta son las comidas, sobre todo en familia, con largas mesas que ayer fueron aún más, algunas dispuestas en L para estar más juntos. Y es que San Adrián es un día en el que los etxarriarras que viven fuera vuelven a su pueblo siempre que pueden. Al caer en sábado, no había excusa.
Los preparativos comenzaron pronto y desde primeras horas de la mañana en el camino a San Adrián hubo un trasiego constante de vehículos. Otras muchas personas acudieron a pie, entre ellas la Corporación, que salió a las nueve acompañada de txistus. Para recuperar fuerzas hubo fritada, carne guisada con sopas de pan. Después de una misa, los dantzaris de Etxarri bailaron diferentes danzas como Belauntxingo, Zuberoa y Dantzaki baile propio de Etxarri que por la tarde bailaron los quintos después de una larga sobremesa.
Entonces algunos comenzaron con los preparativos de la vuelta, mientras otros etxarriarras no tenían prisa y se quedaron en el monte de merienda-cena. Tampoco tenían apuro los jóvenes, que acompañaron al camión del vino hasta el pueblo, con cuatro paradas en las que las barkilak volvieron a pasar de mano en mano. La fiesta continuó con música en la plaza. ●