CLAMOR DE JUSTICIA
Decenas de miles de personas, más de 60.000, exigen proporcionalidad en el caso Altsasu y el traslado de los condenados a la cárcel de Iruña
PAMPLONA – Dos meses después de la primera movilización y tras hacerse pública la sentencia que condena a los ocho jóvenes de Altsasu a penas de hasta 13 años de prisión, la sociedad volvió a responder ayer y más de 60.000 personas desbordaron las calles de Iruña para clamar contra la desproporción de este caso, así como para denunciar las altas penas impuestas y el encarcelamiento de siete de los ocho condenados. La manifestación, que fue secundada por más de 60.000 personas (30.000 según Policía Municipal y 80.000 según la organización), contó con más participación que la celebrada el pasado 14 de abril, antes de que se conociese la sentencia de la Audiencia Nacional y cuando tan solo estaban en prisión Jokin, Oihan y Adur, que hoy suman su día 581 en la cárcel.
Desde la salida de El Sadar, los familiares de los jóvenes, que encabezaron la marcha bajo el lema Esto no es justicia. Hau ez da justizia, fueron desfilando por el recorrido que se convirtió en un pasillo humano gigante que los escoltó hasta la plaza de la Libertad en una marea de aplausos llenos de solidaridad. Asimismo, durante todo el trayecto se escucharon consignas en apoyo a los acusados y exigiendo su puesta en libertad. La marcha, que salía de El Sadar, desbordó por completo la avenida Zaragoza, Baja Navarra y Carlos III, llenando los cuatro carriles y las aceras de estas avenidas, a pesar de que muchos de los manifestantes acortaron por las calles colindantes hasta el escenario. Por otro lado, varios miles de personas no llegaron hasta el inicio de la manifestación y esperaron, a lo largo de todo el recorrido, a que la comitiva fuese avanzando para sumarse entonces a la marcha.
Los padres y madres de los ocho jóvenes trasladaron la reivindicación, convertida en “exigencia”, de que sus hijos sean trasladados de inmediato a la prisión de Pamplona. Los familiares criticaron que en un primer momento se les mantuvo en Madrid debido a la cercanía del juicio y a que estaban acusados de delitos de terrorismo. No obstante, para Bel Pozueta, madre de Adur e integrante de Altsasu Gurasoak, ya no hay “ningún motivo” para mantenerlos dispersados.
MANIFESTANTES DE TODAS PARTES Por motivos organizativos, la manifestación tuvo un recorrido poco habitual en las movilizaciones de la capital navarra y es que, al coincidir con la San Fermín Marathon, la marcha comenzó en El Sadar, donde ya una hora y media antes del comienzo los primeros manifestantes iban llegando a los aledaños del campo de Osasuna. Allí, El txoko del Sadar comenzaba a poner las primeras cañas y junto a él se ubicó una carpa de venta de material de Altsasukoak Aske.
Conforme se acercaban las cinco de la tarde, mareas de gente iban llegando hasta el estadio, y de autobuses procedentes de más de 150 lugares diferentes de todo el Estado se bajaban cientos de personas que llegaban para hacer honor a sus pancartas: “La solidaridad es la ternura de los pueblos”. Sus orígenes eran Madrid, Castilla, Galicia, Andalucía, Extremadura y, sobre todo, de Catalunya, que llegados desde diferentes localidades se reunieron todos para pedir la libertad “de los jóvenes de Altsasu y también del resto de presos políticos” del Estado. Antes de que comenzase la manifestación, se acercaron a los familiares para trasladarles su solidaridad y su apoyo, un gesto que fue recibido con mucha emoción por las madres y padres de los jóvenes, que aseguraron que “nunca alcanzaremos a agradecer lo que hemos recibido”. ●