UNOS 13.000 ALUMNOS SE EXAMINAN DE MATERIAS SUSPENDIDAS CADA FIN DE CURSO EN NAVARRA
● Tras terminar las clases en Secundaria, ha arrancado la fase extraordinaria, por segundo año en junio ● Educación sopesa para el próximo curso retrasar el día en que se detallan las notas
PAMPLONA – Entre 12.000 y 13.000 estudiantes de ESO y Bachillerato, según los balances de los tres cursos anteriores al actual, realizan cada año las pruebas extraordinarias para superar asignaturas pendientes, en las que habrá alumnos y alumnas que se jueguen si pasar o no de curso. Este es el segundo año en que estas pruebas se adelantan en toda Secundaria en Navarra y pasan de septiembre a junio. Para la mayoría de los centros, las clases terminaron el día 14, y después ha arrancado el periodo extraordinario en el caso de la ESO y 1º de Bachillerato, que en muchos centros termina esta semana. En 2º de Bachillerato, por su parte, fue durante tres días antes del final de las clases.
El año pasado, un total de 13.743 estudiantes (de centros públicos y concertados) pasaron por estas pruebas, una cifra importante teniendo en cuenta que entre 1º de la ESO y 2º de Bachillerato hubo unos 34.915 matriculados (este año son unos 35.401), según los registros de Educa, el sistema informático del departamento foral de Educación.
Hace un año, se estrenó este adelanto a junio, tras la decisión de Educación. La asociación de directores y directoras de instituto de Navarra (ADI), que había solicitado esta medida en diversas ocasiones, defendió después que las cifras de aprobados había mejorado de forma leve tras ese primer año: en 2016-17, según cálculos efectuados con los datos volcados por los centros, en torno al 25,30% del alumnado que realizó estas pruebas en junio las aprobó, frente al 23,06% del curso anterior.
Esta situación ha generado otro debate, ya que los centros tienen que atender, generalmente de forma paralela, a alumnado que se prepara para estas pruebas y al que ya ha superado todas las materias, en el periodo que va desde que se conocen las notas (dependía del inicio de curso, pero podía ser el 1, el 4 o el 5 junio), hasta que terminan oficialmente las clases (también es una horquilla de fechas, pero en la mayoría fue el día 14).
Preguntado sobre ello, el director general de Educación, Roberto Pérez Elorza, defiende que otras comunidades han iniciado también este cambio, y plantea que, por un lado, está más vinculado a la evaluación continua, dado que se asegura más que el mismo profesorado evalúa el curso y la prueba extraordinaria, ese repaso se hace en los propios centros y está más cerca del momento en que se ha impartido la materia. Y, por otro, destaca que este año los centros han tenido que diseñar un plan de actividades, también para alumnado con todo aprobado, y que en ellas se pueden plantear experiencias como el aprendizaje por proyectos o en competencias. Y sin la presión (o exigencia, según se mire) de una nota.
DETALLAR LAS NOTAS MÁS TARDE Desde ADI, en una reciente asamblea, plantearon que son necesarios más cambios en la organización. Porque, según las impresiones facilitadas por varios directivos de centros educativos, la asistencia en esas jornadas antes de final de curso es menor en cursos como 3º y 4º de la ESO, pese a ser días lectivos.
Las mismas fuentes plantean que una alternativa sería retrasar el día en el que se entregan todas las notas. Desde Educación barajan, de cara a las instrucciones para el próximo curso, que en fechas similares a las de este año se pueda saber si se ha aprobado todo o no, pero que la concreción de todas las notas se realice más cerca del final de las clases. ●