Diario de Noticias (Spain)

Los coreanos son iguales

EL SELECCIONA­DOR COREANO JUGÓ AL DESPISTE CON LOS DORSALES DE SUS JUGADORES ANTE EL ESPIONAJE SUECO

- Un reportaje de Juan José Lahuerta Fotografía Ritchie Tongo

En Austria, a casi 2.500 kilómetros de Nizhny Novgorod, donde Suecia y Corea del Sur se enfrentan hoy, se vivió un extraño caso de espionaje en el que, según medios escandinav­os, un miembro del cuerpo técnico del equipo de Janne Andersson observó furtivamen­te a su primer rival.

Ese inspector Clouseau alquiló una casa cerca del campo de entrenamie­nto del combinado coreano, y, desde allí, dedicó su tiempo a ver los ejercicios del conjunto dirigido por Shin Tae-yong para trasladar esa informació­n a sus superiores.

El supuesto espía tuvo un descuido y dio una entrevista al diario Swedish Express en la que relató sin mucha prudencia su aventura: “Tomé prestada una casa del campamento de entrenamie­nto del equipo coreano y observé todo el entrenamie­nto. Tuve que escalar una montaña durante mucho tiempo para llegar al lugar, pero ver el entrenamie­nto allí fue perfecto”, dijo.

Y, como no podía ser de otra forma este asunto ha creado cierta incertidum­bre en la expedición surcoreana. Y, en la rueda de prensa previa al choque, el técnico Janne Andersson ha tenido que dar explicacio­nes. “El miembro del personal sueco pensó que la sesión de entrenamie­nto estaba abierta y se fue cuando se le preguntó. No entendió que era una sesión cerrada. Le pidieron que se fuera y, como resultado, lo observó desde más lejos”, dijo Andersson en la rueda de prensa previa.

Después, por si acaso, pidió perdón: “Es muy importante que demostremo­s respeto por los oponentes, siempre y en todos los sentidos. Si se ha percibido de otra manera, nos disculpamo­s”, agregó.

Desde el otro lado, el de los coreanos, reaccionar­on de forma curiosa cuando se enteraron de que habían sido espiados. Según explicó su selecciona­dor, Shin Tae-yon, durante los amistosos previos al Mundial, en los calentamie­ntos cambió los números a las camisetas de sus jugadores. “Queríamos confundir al equipo sueco. Sí, es por eso que lo hicimos. Había llegado a nuestros oídos que había un espía sueco”, aseguró Tae-yon en la víspera del encuentro, que pensó que, salvo Son Heung-ming, conocido en la Premier League, el resto de caras no eran conocidas para los suecos.

Para rizar el rizo, fue cuestionad­o por si tenía alguna táctica secreta para contrarres­tar al espía y Suecia. Algún plan que el cotilla escandinav­o no hubiese tenido tiempo de presenciar antes de ser descubiert­o.

“Los trucos ocultos son solo trucos ocultos si están ocultos”, afirmó. Su frase, digna de Vujadin Boskov, al estilo de “fútbol es fútbol” o “punto es punto”, cerró una polémica surrealist­a que protagoniz­ó las jornadas previas del estreno de Corea del Sur y de Suecia en el Mundial. ●

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Los jugadores de Corea, en el entrenamie­nto de ayer.

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