DE OSASUNA PROMESAS AL MUNDIAL
DEBUTANTE A SUS 36 AÑOS, EL PORTERO VIVIRÁ SU SUEÑO DE DEBUTAR EN LA COPA DEL MUNDO CON PANAMÁ
PAMPLONA – Pamplona, junio de 2006. Un joven portero panameño de 24 años llega a Osasuna con ganas de comerse el mundo. En principio jugará con el Promesas, pero entrena con la plantilla profesional. Su sueño es llegar a jugar un Mundial. Se llama Jaime Penedo.
Sochi, junio de 2018. Un veterano guardameta panameño de 36 años aterriza en Rusia con la ilusión de debutar en un Mundial, el primero en la historia de su selección. Después de una larga trayectoria por el fútbol (nueve equipos de siete países), Panamá le abre las puertas de cumplir su sueño. Su nombre, Jaime Penedo.
Ese portero que hoy debutará con Panamá en un Mundial, ante Bélgica, es aquel que probó suerte en Osasuna durante una temporada. Es la estrella de Panamá y brilla dentro y fuera del campo. Su boda fue el acontecimiento del año de 2016 en su país. Atrás queda su paso por Pamplona, donde entrenó junto a Ricardo y Elía a las órdenes de Cuco Ziganda y jugó 12 partidos bajo la batuta de Martín Monreal en el filial.
Llegó a Osasuna en junio de 2006. Hizo la pretemporada con el primer equipo junto a unos jóvenes del Promesas como Nacho Monreal, Iñaki Astiz, Mikel Arruabarrena, Ion Erice y Óscar Vega. En julio se lesionó en los isquiotibiales y eso le dio la titularidad en el Promesas a Natxo Zábal. A finales de septiembre se recuperó y en la jornada 6 fue titular. Jugó 12 partidos en la primera vuelta. En enero el club fichó al meta Moso, ya que Penedo en febrero jugaba la Concacaf con la selección absoluta (debutó con Panamá en febrero de 2005). Ya no volvió a ser titular en la segunda vuelta. En junio regresó a su país y el club no ejerció la opción de compra que tenía sobre él (70.000 euros). “El club me ofreció seguir en el Promesas, pero pienso que no es rentable y me debo buscar otra vitrina para poder mostrar mi valía”, señaló el portero, en la concentración con Panamá para jugar en Canadá la Copa de Oro de 2006. Ahí acabó su relación con España.
Doce años después, Javier Vicuña, entrenador de porteros, lo recuerda