Yo sí entiendo a Ducati

Como hecho aislado, lo de ayer no sería ninguna sorpresa. Jorge está objetivamente (por títulos) y subjetivamente (por pilotaje) en el top 3 de pilotos de GP. El mismo top que ayer ocupó el podio. Las Ducati van cada vez mejor y se adaptaron perfectamente a Montmeló. Y Lorenzo es unas cuantas veces mejor piloto (objetivamente y subjetivamente) que su compañero Dovizioso.

El problema viene cuando después de ese último revolcón con tu ex, resulta que repites, y además te gusta. Y de la noche a la mañana, algunos hasta te ponen en las quinielas para el Mundial y despotrican contra la marca italiana por haberte dejado ir.

Pues no, miren, yo les entiendo. Jorge no me cae bien, como a una gran mayoría de los aficionados. Incluso he podido verlo en distancias cortas y me he reafirmado en esa impresión. Pero eso no tiene nada que ver con afirmar que es un piloto genial, uno de los fuera de serie del Campeonato y el único de hacer una carrera con la constancia de tiempos que vimos ayer. El famoso martillo. A pie de pista, con la Yamaha, era una delicia verle en el paso por curva, suave y preciso, sobre raíles.

Por eso, por todo esto, nadie da crédito a la teoría que con esa famosa pieza de fibra añadida al depósito, todo lo que no has logrado en un año y medio, de pronto, te resulta tan sencillo. He visto a pilotos ganar carreras con estriberas rotas, cúpulas inexistentes, frenos colgando… Ducati soltó 12 millones por hacerse con él, cobrando de largo el que más del Campeonato, incluso por encima del actual campeón, y varias veces más que su compañero Dovi. Y hasta hace un par de semanas, todos estábamos de acuerdo que había sido un fracaso su paso por Ducati.

Se sabe que Lorenzo no es el mejor compañero de box, que eso de hacer equipo y tal, como que no va mucho con su personalidad. Así que yo hoy en Ducati estaría para un retiro espiritual, no tanto por no haberle renovado, que va, sino por saber la razón de que esto pase ahora. Y solo desearía que esto acabe cuanto antes. Y lo entiendo. ●