Grandes gestos, pocos cambios
Tras una semana de inmersión en la Moncloa Pedro Sánchez encara su acción de gobierno (limitada por sus 84 escaños en el Congreso) con su proverbial optimismo y confianza pero sabedor de sus escasos apoyos parlamentarios. Dos veces se la ha jugado en su pasado reciente, contra Rajoy y contra el aparato de su propio partido, y las dos ha salido triunfal contra pronóstico. Por eso va a tomar decisiones valientes, comprometidas y con tintes populistas y/o radicales. La decisión sobre el Aquarius y la resolución de la crisis Màxim Huerta dan una idea de por donde van a ir los tiros. Su objetivo es plantarse al final de la legislatura con un bagaje de Gobierno capaz de revertir el histórico descalabro electoral de los últimos tiempos de un PSOE deprimido y desnortado. Y exprimiendo al máximo el apoyo circunstancial que obtuvo en la moción de censura con la que puso fin a seis años de marianismo. Si logra mantenerse en el poder, pretende examinarse en las locales, autonómicas y europeas del año que viene con una gestión activa en favor de la igualdad, derribando barreras sociales y empresariales –derribando por ley la brecha salarial– que cercenan a las mujeres. Con una política realista y humanitaria ante la inmigración, verdadero de caballo de batalla del futuro de Europa. Con retoques en las cruentas reformas laborales del PP, con gestos inequívocos con los rescoldos del franquismo que aún perviven como la exhumación de los restos del dictador de Valle de los Caídos, la retirada de la medalla al torturador Billy el Niño y la potenciación de la Ley de Memoria Histórica. Con gestos de distensión hacia Catalunya. Todo ello sabedor que desde la izquierda y los nacionalismos no se le van a poner demasiadas zancadillas. Se avecinan unos meses en los que la va a dar una pasada por la izquierda a España tras la onerosa herencia de los Ejecutivos del PP. Y para limar expectativas electorales de sus competidores por el espacio de centro y la izquierda. Serán meses de grandes gestos pero de pocos cambios de calado. ¿Será suficiente para llegar a 2020 con posibilidades? De peores embrollos ha sido con éxito. ●