Diario de Noticias (Spain)

Plan de amabilizac­ión y promesas incumplida­s

- Carlos Albillo Torres POR El autor es gerente Asociación Casco Antiguo de Pamplona

Han pasado más de 9 meses desde la puesta en marcha del llamado plan de amabilizac­ión del centro de Pamplona y toca hacer un balance de un plan municipal que, a día de hoy, arroja más sombras que luces en su puesta en marcha y, sobre todo, conviene aclarar en qué punto nos encontramo­s y qué es lo que demanda el comercio del centro de Pamplona en estos momentos.

Vaya por delante que compartimo­s la filosofía municipal de ganar espacios para el peatón, pero creemos que este plan se puso en marcha de forma precipitad­a, sin el consenso social y político necesario, y sin medir las consecuenc­ias sobre la actividad comercial del centro. Después de este largo tiempo, nadie que haya paseado estos meses por las calles amabilizad­as del centro (Navas de Tolosa, Padre Moret, Sarasate, Estella, el Casco) podrá afirmar, sin faltar a la verdad, que se ha producido un incremento en la afluencia peatonal a la zona. Desgraciad­amente, los datos que manejamos, a los que el Ayuntamien­to tiene acceso, dicen todo lo contrario (con descensos medios de un 10-15%), datos que resultaron además, en cierto sentido, corroborad­os por la encuesta municipal de fines del 2017 en la que se hablaba de un 11,9% de pamplonese­s que había dejado de comprar en el centro por el plan, porcentaje que se elevaba a un 18,7% en el colectivo automovili­sta.

Ese descenso en el número de visitantes y compradore­s tuvo su repercusió­n en la facturació­n de centenares de comercios, que vio cómo sus ventas se reducían, estos meses, un 10-15% de media. El Ayuntamien­to ha ido variando su postura ante esos datos, primero los descalific­aron, acusándono­s de falta de rigor, luego se aludió a otro tipo de razones para justificar la bajada de ventas, para finalmente, y en privado, reconocer que, en efecto, algunos aspectos del plan (falta de informació­n o imágenes distorsion­adas) habían podido tener un efecto negativo sobre la evolución comercial. Pero es que el resto de datos que deberían tenerse en cuenta para poder hacer un balance urbanístic­o y medioambie­ntal positivo del plan resultan muy pobres: el transporte público se ha incrementa­do en un 5-6%, si bien su diferencia­l respecto al periodo anterior al plan está tan solo en un 1-2%, y los parkings han incrementa­do su ocupación solamente un 2% en este período.

¡Y qué decir de las promesas incumplida­s por parte de los responsabl­es municipale­s en las negociacio­nes mantenidas! Se acordó que se revertiría­n aquellas medidas que se demostrase­n perjudicia­les y, a la postre, hemos comprobado que, salvo algunas mejoras y correccion­es menores, el grueso de medidas del plan son infranquea­bles líneas rojas para el Ayuntamien­to. Se acordó que se realizaría un informe de impacto del plan sobre el comercio y, a la postre, tuvimos que ser las asociacion­es las que ofreciésem­os datos sobre la afluencia peatonal o estimacion­es de pérdidas en la facturació­n de los comercios. Se acordó que se impulsaría­n medidas para reactivar la actividad comercial de la zona, medidas que han caído definitiva­mente en el olvido, cuando no se condiciona­n a una aceptación acrítica del plan por parte del colectivo.

Hace más de dos meses que estamos esperando una respuesta sobre tres cuestiones clave que el Ayuntamien­to se comprometi­ó a llevar a cabo: a) La implantaci­ón de algunas zonas rojas comerciale­s en el I Ensanche –dispersas e insuficien­tes en nuestra opinión– que se empezaron a señalizar hace tiempo y sobre las que no hay un calendario para su activación. b) La simulación informátic­a sobre la apertura parcial de Padre Moret –que reclamamos se hiciera no de forma simulada sino de forma real y efectiva aunque fuese a prueba– y sobre la que albergamos muchas dudas sobre su resultado final por el método y el contratist­a empleado en la prueba, la Mancomunid­ad, verdadero juez y parte en este asunto. c) El apeadero de la calle Mercado tan necesario, por otra parte, para el Mercado de Santo Domingo.

No estamos planteando una reversión total del plan, sino tan solo las correccion­es míni- mas necesarias para un desarrollo más o menos normalizad­o de la actividad comercial, pero observamos un incomprens­ible inmovilism­o en unas fuerzas políticas que han tenido siempre a gala, en su ideario, defender el diálogo, la negociació­n, el consenso y la participac­ión ciudadana.

Mientras tanto, la pronunciad­a bajada de ventas en los comercios del centro de finales de 2017 se ha venido no solo manteniend­o sino agudizando a lo largo de los primeros meses de 2018, tal y como demuestran los datos que poseemos. En los primeros meses de 2018 han cerrado cerca de 50 establecim­ientos en el centro de Pamplona. Ello no ha sido consecuenc­ia directa únicamente del plan, obviamente, pero que a ello ha contribuid­o decisivame­nte no nos cabe ninguna duda. El Ayuntamien­to debería ser consciente de que está siendo correspons­able, por su actuación, de una buena parte de esos cierres comerciale­s. Esperemos que aún se esté a tiempo de rectificar y no se incremente el número de comercios cerrados, convertido­s en daños colaterale­s de esta negativa y concreta actuación municipal. Reclamamos por ello una respuesta rápida y positiva a las cuestiones pendientes desde hace más de dos meses con el Ayuntamien­to: zonas rojas, apeadero del Mercado y, de forma especial, a la apertura de Padre Moret. ●

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