LA DETECCIÓN PRECOZ CON UN ANÁLISIS DE SANGRE PODRÍA SER VIABLE EN CINCO AÑOS
● La prestigiosa investigadora navarra Maite Mendioroz destaca la importancia de un diagnóstico temprano ● Conocer con mucha antelación que el paciente sufrirá la enfermedad permitirá tratamientos más eficaces
MURCIA – La prestigiosa investigadora cerebral Maite Mendioroz, especialista en enfermedades neurodegenerativas, cree que la nueva técnica de detección precoz del alzhéimer con un análisis de sangre podría aplicarse en unos cinco años, con lo que se sabrá de manera sencilla si un paciente tendrá la enfermedad décadas antes de que aparezcan los síntomas.
La directora del laboratorio de epigenética-alzhéimer de Navarrabiomed, que ofreció ayer una conferencia en el marco del Foro Nueva Murcia coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Alzhéimer, se mostró “optimista” por el gran número de investigaciones en torno a las enfermedades neurodegenerativas que a día de hoy no tienen tratamientos curativos. De ahí la importancia de la detección temprana, dijo, que “abrirá una ventana terapéutica, verdaderamente eficaz”, aplicando tratamientos antes de que se produzca el daño en el cerebro.
Las investigaciones de su equipo, que se encuentran en una fase intermedia, avanzan en la detección precoz, y consisten en analizar y detectar “fragmentos de ADN cerebral que liberan las neuronas cuando mueren”. Esos fragmentos se trasladan a la sangre y permiten a los investigadores identificar en ellos “marcas características” del alzhéimer a través de una prueba sencilla y no invasiva como es un simple análisis de sangre.
Aunque es difícil predecir cuándo se cerrará la investigación y “hay que ser prudentes”, según dijo, confió en que los resultados podrán aplicarse a la práctica clínica en hospitales y centros sanitarios en unos cinco años.
PRIMEROS SÍNTOMAS Mendioroz recordó que los síntomas del alzhéimer empiezan a aparecer entre los 60 y los 80 años, pero “las características de la enfermedad en el cerebro empiezan tiempo antes, incluso décadas antes de que aparezcan los síntomas. Por eso decimos que es una enfermedad silenciosa y lenta. Los cambios del cerebro ocurren muy despacio y cuando llegan a un determinado nivel aparecen los síntomas en los pacientes”, subrayó la científica navarra, al tiempo que reiteró que su investigación trata de descubrir esos síntomas antes de que sean visibles.
Ese diagnóstico temprano es importante porque las nuevas terapias que se están investigando solo son eficaces si se aplican en una etapa muy precoz del alzhéimer, explicó. “Ahora los tratamientos que aplicamos, los aplicamos cuando el daño ya está hecho y es muy difícil recu- perar el cerebro que ya está dañado”, según indicó, ya que, a su juicio, a día de hoy las enfermedades neurodegenerativas no tienen tratamientos curativos, sino solo terapias que inciden en el ritmo de desarrollo de las mismas en cada paciente.
En el campo de los tratamientos, la científica destacó las investigaciones que se están llevando a cabo en el desarrollo de fármacos que puedan prevenir el depósito de las proteínas anormales en el cerebro y otros que puedan limpiar esas proteínas, así como las terapias con células madre, cuyo alcance real aún se desconoce.
En cuanto a la prevención de esta dolencia, Mendioroz recordó que la enfermedad tiene un claro componente vascular, por lo que la hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, sedentarismo y tabaco son factores que incrementan el riesgo de desarrollarla al afectar a los vasos sanguíneos.
Por eso, la mejor manera de prevenirla es “llevar una vida saludable” y “estar activo física y mentalmente”, así como tener relaciones sociales, puesto que se ha demostrado que una buena sociabilidad ayuda a reducir el riesgo de esta patología, comentó.