¿Te acuerdas del gol de Javi Flaño en Sabadell...?
Las hazañas de los futbolistas son patrimonio de los aficionados. También seña de identidad y referencia de las distintas épocas de un club. Sin embargo, no siempre una larga carrera de fidelidad a unos colores recibe el premio del reconocimiento unánime de la hinchada; tampoco es la primera vez que una etapa de dedicación plena termina con la salida por la puerta de atrás, casi de puntillas. En el caso de Osasuna, reparar todos esos olvidos históricos, recuperar la memoria de sus leyendas, hacerlas visibles a los aficionados más jóvenes, sigue siendo una asignatura pendiente. En los planes de los actuales dirigentes está el organizar un museo del club aprovechando los nuevos espacios que pueda generar la remodelación del estadio, si finalmente sale adelante. Y ese museo, además de exhibir trofeos, camisetas, botas, balones, imágenes de partidos y otros objetos materiales, debería dar prioridad a las personas. Porque hay futbolistas como Puñal que recibieron su recompensa de afecto y cariño, pero recuerdo otros muchos que solo vistieron la camiseta roja y no tuvieron ni pasillo, ni placa ni saque de honor.
Es incalculable la cantidad de fútbol que cabe en la memoria. Ese recurrente ¿te acuerdas de...? o ¿recuerdas cuándo...? de una conversación entre hinchas va acompañado siempre de nombres. De futbolistas casi anónimos y de otros relevantes. Por remontarme a mi generación: los goles de Ostívar a la Leonesa, el de Rández en Murcia, el debut de Pedersen, Martín trepando a una valla, Echeverría haciendo de todocampista, el hat-trick de Urban al Madrid, la bravura de Sánchez Rubio, la primera aparición del jovencísimo Vicuña bajo los palos, los marcajes de Castañeda a Maradona, la ciencia de Clemente Iriarte, la entrega de Julio Santamaría, la fuerza desbocada de Mañú, aquel “Bosme, Bosme...” que cantaba la grada... Y luego estaría la larga lista de los mitos: Miqueo, Muguiro, Lazcano, Goiburu, Vergara, Fandos, Sabino, Zoco, Félix Ruiz... Es necesario tenerlos siempre a mano para aprender de la gente que ha sido un símbolo de Osasuna.
No es pues un hecho anecdótico este homenaje hoy a Javier Flaño. Su gol en Sabadell cambia la historia del club, como el de Trzeciak al Recre, el de Nekounam al Girondins, el de Kodro en Girona... Pero en el caso de Flaño hay más: su ingreso a los 8 años en Tajonar, sus 255 partidos en ligas (76 en Primera, 80 en segunda, 99 con el Promesas), su paso por las selecciones inferiores, pero, sobre todo, su seriedad, su profesionalidad los doce meses del año, su saber estar en los momentos buenos y en los menos buenos, en suma, su ejemplo como futbolista. Su osasunismo. Mantener vivos esos valores, hacerlos cercanos a los chicos y chicas que se inician en Tajonar, transmitirlos en primera persona, es algo que un club debe rentabilizar. Y presumir de ello. Ponerle rostros, en fin, a ese Osasuna centenario. A aquel gol en Sabadell con el club condenado a la Segunda B. ¿Te acuerdas...? ●
En el caso de Osasuna, reparar todos esos olvidos históricos, recuperar la memoria de sus leyendas, hacerlas visibles a los aficionados más jóvenes, sigue siendo una asignatura pendiente