Mikel Cabrerizo y Paco Polán improvisan a partir del concepto de ‘Plantas de interior’
Ambos escultores comparten una nueva Habitación en el Centro Huarte
PAMPLONA – Los escultores Mikel Cabrerizo y Paco Polán protagonizan la nueva Habitación del Centro de Arte Contemporáneo de Huarte, un programa permanente que pone el énfasis en el modo en que los procesos artísticos son compartidos por el público durante los fines de semana. En este caso, los dos creadores acaban de comenzar un encuentro e intercambio de ideas, percepciones, dibujos, pequeñas piezas que pueden ir variando a lo largo de las próximas semanas. Un proceso que “no queremos forzar”, de manera que fluya con libertad al igual que lo hacen las Plantas de interior, que es como han denominado la experiencia.
“Me gustó lo de las plantas porque puede dar lugar a muchos contenidos y por esos programas de televisión sobre el crecimiento de las plantas, a su ritmo, incluso con música”, explicó ayer Paco Polán, que al igual que Mikel Cabrerizo nunca había participado en una iniciativa como esta. Y le gusta. “No suelo compartir estudio y cambiar de espacio me está resultando agradable”. Además, las circunstancias “pueden dar lugar a la improvisación, lo que para mí es novedoso porque cuando tengo en proyecto siempre pienso mucho todos los pasos”, agregó Polán. Y Cabrerizo coincidió en lo interesante que resulta “no tener una necesidad productiva”, ya que esta propuesta se basa más bien en “la actitud entre nosotros, con la obra y con la gente”. También comparten ambos la lentitud. “A esta habitación venimos a habitar, a ver cómo respiramos, aunque previamente, como es lógico, hemos intercambiado ideas”, cuenta.
Entre las pocas creaciones objetuales que han generado hasta el momento, se aprecia un interés por lo construido, por las plantas en su acepción arquitectónica. “Lo primero que hicimos al llegar al espacio que el Centro Huarte les ha cedido en su primera planta “fue pedir los planos del edificio”, indica Cabrerizo. A partir de ahí comenzaron a trabajar de “manera manual”, dibujando figuras técnicas. “Este edificio es tan contundente como contenedor que influye mucho, así que como queríamos hacer algo formal, primero tiramos de él, aunque saldrán más cosas, o eso esperamos”, continuó Polán, que también reveló que en un primer momento se les ocurrió “llenar el espacio con un suelo modular, pero luego vimos que no era necesario hacer algo tan grande ni ir al efectismo”, de manera que si al final sale una pieza o piezas pequeñas que quepan en una caja o en un cofre, pues casi mejor.
Otro de los elementos que han usado desde el principio son las polaroids con las que van componiendo un mosaico “de elementos sueltos que vamos uniendo”, ya sean imágenes del exterior del inmueble, del interior, del camino hacia Huarte, de otros artistas que trabajan allí, de objetos... “Son como latidos que van mostrando el crecimiento; una especie de historia del proceso”, apunta Polán. En cualquier caso, lo que los dos artistas tienen claro es que durante el proceso el proyecto cambiará mucho con absoluta libertad. “Como crecen las plantas, sin prejuicios ni hacia nosotros mismos ni hacia los demás, y sin pretensiones. Esto se basa en hacer y dejar hacer”, termina Cabrerizo. ●