Rincones, terapia y paz
EL AUTOR TUDELANO JOSEJA CASADO EXPONE POR PRIMERA VEZ EN LA CIUDADELA SUS PAISAJES REALES E IMAGINARIOS
“No es necesario encontrar grandes espacios para sentir paz y para buscar la tranquilidad”. Es la premisa con la que el artista Joseja Casado trabaja desde hace ya muchos años. Así lo refleja en su trabajo, en el que el tudelano muestra una serie de paisajes reales e imaginarios que, sin la pretensión de ser llamativos visualmente, sirven al mismo –y así espera que lo sea también para el visitante– para “encontrar la esencia de las cosas, para hacer terapia y para disfrutar”. Ahora, y por primera vez, estos paisajes del siglo XXI con el tamiz del Romanticismo del XIX se exponen en el Polvorín de la Ciudadela, una muestra que, bajo el nombre de Rincones de paz, permanecerá hasta el 11 de noviembre.
Uno de los aspectos más llamativos de los paisajes de Joseja Casado es el estilo realista y el cuidado tratamiento de la luz, que permite al espectador introducirse en esos espacios reales e imaginarios que el autor propone, en los que los árboles se convierten en los principales protagonistas. “Los árboles son la esencia de todo, es donde nacen mis cuadros y ya no concibo pintar uno sin estos elementos”, dice el creador, quien refleja en sus creaciones una mirada hacia la naturaleza del artista romántico del siglo XIX, una época que, afirma, le “apasiona”. De hecho, esta fijación por los árboles se aprecia muy claramente con una de las piezas principales de la exposición Mi árbol. Se trata de un cuadro de pequeño formato y con el fondo rojo que está integrado dentro de un altar budista. “Es el principio, del que todo parte”, añade Casado.
La exposición, compuesta por 46 acrílicos sobre tabla, da buena cuenta de la pasión que siente el artista por la naturaleza. “Siempre he hecho paisaje”, apunta, para añadir que su fijación se remonta a hace ya muchos años, cuando vivía en Pamplona y soñaba con mudarse a un pequeño pueblo de Soria para encontrar la paz. “No paré hasta que lo conseguí, y en cierta manera creo que la pintura me ha conducido por ese camino”, destaca. Por eso, sostiene que “pasear por el campo es una terapia” y espera que esa sensación que él siente al estar en el lugar pueda sentirla también el espectador que acuda a la exposición. “Para mí es algo muy agradable y con lo que disfruto mucho y espero que la gente lo aprecie y le resulte igual de gratificante que a mí”, agrega el artista, que aprendió de manera autodidacta y se dedica profesionalmente a la pintura desde 2002.
Soportes singulares “Es otra forma de dar cariño a las pinturas”
Las obras de Casado se presentan, en su mayoría, agrupadas en dípticos o trípticos que responden a diversos formatos y tamaños y con originales enmarcados, que reflejan espacios exentos de figuras humanas pero con una presencia protagónica de cielos y arbolados. Esta se potencia aún más con los soportes tan singulares que el artista ha utilizado para esta muestra en
El artista sostiene que “pasear por el campo es una terapia”, una sensación que espera que sienta el visitante de la exposición