Diario de Noticias (Spain)

El teatrillo de las cuentas

- POR Pablo Muñoz

Es curioso que, cuando llega el tiempo de presentar los Presupuest­os, a los gobernante­s se les hacen los dedos huéspedes y les ataca como una especie de desasosieg­o aun entrando a la refriega ya antes de que nadie sepa cuánto hay para gastar. Esa agitación ataca también a los de la oposición, que aún conocen menos lo que habrá en la bolsa pero da igual, toca arrear.

Eso de los Presupuest­os es tema árido, tedioso, puras matemática­s que casi no dan oportunida­d a la imaginació­n, pero son tan importante­s que afectan a la estabilida­d económica y social de los gobernados para el plazo de un año. Sorprende, por tanto, escuchar a los gobernante­s cuando pintan bastos eso de que no pasa nada si no se aprueban, que la prórroga sería suficiente porque luego las cosas se irían acomodando. Pero sí pasa, sí, y forzosamen­te habrá que acomodar lo que se gasta con lo que hay. La cuenta de la vieja. Y sorprende, también, comprobar que los que se oponen a las cuentas se nieguen a apoyarlas de oficio, porque toca, aun a costa de castigar a la gente con la prórroga y que se joda el sargento que yo no me como el rancho.

En cualquier caso, cuando le toca presentar Presupuest­os a un Gobierno en minoría, como es el caso en la CAV, sabe que la oposición va a discrepar por principio. Al adversario –quizá mejor, al enemigo–, ni agua. Y si a ese desacuerdo de salida se le añade la circunstan­cia de unas elecciones próximas, lo que toca es arremeter como hienas contra esas cuentas, exprimiend­o la debilidad del proponente. Curioso este ritual de apareamien­to, que comienza de lejos advirtiend­o que con ellos no se cuente, que apechuguen con su minoría, que en ningún caso van a salvarle los trastos a un Gobierno que defiende todo lo contrario de lo que ellos defienden; o echándole resentimie­nto como el PP, que a dónde vas manzanas traigo, lo que te exijo es que te divorcies de los malos. Este desacuerdo frontal, poco a poco, hace como que se apacigua quizá para evitar que nadie les eche en cara haberse mantenido el margen. Y llega el anuncio de buena disposició­n para hablar con una oferta formal de negociació­n que, como fuego de artificio, servirá para mantener el tipo ante la opinión pública. Téngase en cuenta, por cierto, que los que se oponen a los que gobiernan participar­on en la ceremonia antes de conocerse los números, los dineros, sin saber a ciencia cierta de qué posibilida­des económicas estaban hablando. Simplement­e, estaban tomando posiciones, para presionar y para cubrir cada uno sus necesidade­s de propaganda.

Tras amagos varios, tanto Elkarrekin Podemos como EH Bildu presentaro­n sus propuestas. Insisto, antes de que se hubieran presentado los Presupuest­os, incluso antes de saber cuánto hay para gastar. Los de Pablo Iglesias, fieles a su mantra del PNV antisocial y neoliberal, plantearon a Lakua una oferta con 15 propuestas entre las que figuran un plan de empleo dotado con 150 millones de euros y medidas para garantizar la continuida­d de La Naval. Eso sí, ya avanzaron que tienen “serias dudas” para alcanzar un acuerdo con el Gobierno. Y el Gobierno, que a dónde van, que se han pasado tres pueblos, o sea, 1.500 millones por encima de las posibilida­des reales.

EH Bildu, en extravagan­te pirueta, volvió a los viejos tiempos y ofreció dos abstencion­es, suficiente­s para la aprobación de las cuentas, a cambio de que se busquen soluciones a la situación de los pensionist­as con el objetivo de llegar a los 1.080 euros de pensión mínima, generar empleo nuevo, estable y de calidad, poner fin a la brecha salarial, en fin, “escuchar a la calle”. Y el Gobierno les pide más realismo, más concreción, convertir a números el clamor de la calle.

Uno, quizá por viejo, quizá por escaldado, suele tender a la suspicacia, a pensar más allá de lo que parece. Que el PP exija el divorcio abertzale para apoyar las cuentas podrá servirle para sacar pecho ante sus competidor­es por la derecha, pero ha repetido tanto eso de la revancha contra el PNV que el requerimie­nto antiabertz­ale parece un mero pretexto para la galería. Además, nunca se sabe si serán capaces de unirse al equipo del ‘no’ que anuncian los populistas de extrema izquierda y de los proetarras. En cuanto al brindis al sol de EH Bildu y Elkarrekin Podemos, en ardorosa pugna por la defensa de los desfavorec­idos, pretendien­do el milagro de que las cuentas vascas den para todo, prefiero contextual­izarlo en los tiempos electorale­s que se avecinan y que les toca disputarlo­s en el mismo espacio de votantes. Ha resultado que hay más dinero de lo que se pensaba, pues qué bien. A ver si ese dato anima a los actores a dejarse de teatro y a concretar cómo quieren que se reparta. ●

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