2.230 DEMANDAS COPAN EL JUZGADO DE CLÁUSULAS SUELO A LA ESPERA DE SENTENCIA
● Recibe un 25% menos de asuntos que en su avalancha inicial de hace un año, la que le ha hecho acumular una gran carga de trabajo
PAMPLONA – Si ahora mismo se le pusiera un cerrojo a la puerta y no volviera a entrar ni un asunto más en el juzgado de Primera Instancia número 7 de Pamplona, el especializado en cláusulas suelo, dicho órgano tardaría casi tres años en sacar todo la tarea que ha ido acumulando desde el 1 de junio de 2017, fecha en la que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) decidió –sin ningún tipo de rigor empírico, dicho sea de paso, como se preveía y se ha demostrado a posteriori– crear unos juzgados que hicieran frente al aluvión de demandas de cláusulas suelo que iban a llegar a los juzgados una vez que Europa había estimado la retroactividad total. Entonces, además, se abrieron varios frentes a combatir por los despachos de abogados, como fueron los gastos relacionados con las firmas de dichos contratos hipotecarios por sus clientes o los impuestos anexos a estos préstamos. En definitiva, un vendaval imparable, al que ahora se ha sumado la batalla por los acuerdos novatorios que algunas entidades firmaron con sus clientes para no pleitear por las suelo.
Si centramos el objetivo en Navarra, el CGPJ ha conseguido en apenas un año colapsar un órgano judicial que hasta el momento funcionaba con buenas cifras de respuesta, agilidad y volumen de trabajo como el Juzgado de Primera Instancia 7 de Pamplona, al que se le endosó un órgano bis ficticio exclusivo para la recepción de estos asuntos. En apenas un mes, en junio de 2017, dicho juzgado acumuló 264 demandas relacionadas con este tipo de asuntos. Las previsiones que había efectuado el Consejo hablaban de que un órgano como este podía recibir 400 al año. Al primer mes, dichas previsiones volaron. Ahora, ya se puede decir que ha sumado más de 3.200 demandas en 15 meses.
Siendo así de abrupta la creación del
juzgado, no es de extrañar que los números ahora conocidos en el informe sobre los Efectos de la crisis en los
órganos judiciales ya no asusten a nadie. En el mismo se refleja la evolución de procedimientos recibidos por dicho órgano especializado, que a día de hoy acumula 2.230 asuntos en trámite, es decir, pendientes a falta de resolverse (bien de audiencia previa, bien de juicio, bien de sentencia o bien de las tres anteriores). Y ello pese a que la resolución en dicho juzgado, por el que han pasado varios jueces (en un principio se les asignó a los recién titulados en la Escuela Judicial) ha ido creciendo como la espuma. Si en el último trimestre de 2017, el juzgado resolvió 98 asuntos, en el segundo trimestre de este año ha elevado dicha cifra hasta las 242 resoluciones. Lo que es cierto es que pese a que el ingreso de asuntos se ha visto mitigado durante el presente ejercicio y se ha reducido hasta un 25%, estos números no son para felicitarse. Entre abril y junio de este año se ingresaron 520 asuntos. Se resolvieron 376. Es decir, se siguen acumulando demandas. Y ahora no se parte de cero. Se parte de 2.230 y sumando. Antes, en el primer trimestre, eran 2.086. Y al cerrar 2017 llegaban a 1.796. La cifra no para. Al menos, lo positivo para el demandante es que en el 99% se da la razón a los clientes. ●