Detenido un ultraderechista que planeaba asesinar a Pedro Sánchez
Tenía un arsenal de armas y quería vengar la exhumación de Franco del Valle de los Caídos
PAMPLONA – Los Mossos d’esquadra han detenido a un hombre en Terrassa (Barcelona), Manuel Murillo Sánchez, hijo de un alcalde franquista que tenía un arsenal de armas en su casa, por anunciar su intención de atentar contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en venganza por la exhumación de Franco del Valle de los Caídos. Según fuentes policiales, el hombre, vigilante de seguridad con tres décadas de experiencia y aficionado a las armas, fue detenido el pasado 19 de septiembre y el juez acordó enviarlo a prisión, en una decisión que después ratificó la Audiencia de Barcelona, al entender que tenía el propósito “serio” de cometer el magnicidio. El detenido, que permanece interno en la cárcel Can Brians de Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), había anunciado su intención de matar a Sánchez en varios mensajes en un grupo de Whatsapp, a cuyos miembros había solicitado apoyo logístico para llevarlo a cabo, ofreciéndose a “sacrificarse” por la causa y a afrontar las consecuencias.
Fue una dirigente local de Vox, miembro de ese grupo de Whatsapp, la que, según el partido ultra, lo denunció ante los Mossos, quienes a su vez lo pusieron en conocimiento del equipo de seguridad de la Moncloa y remitieron un atestado al juzgado de guardia para que decidiera si la causa era competencia de la justicia ordinaria o, por el contrario, de la Audiencia Nacional, que lleva las investigaciones por terrorismo.
El Juzgado de Instrucción número 3 de Terrassa se ha hecho cargo del caso después de que la Audiencia Nacional considerase que no era competente, al no considerarlo un caso de terrorismo sino de una amenaza de muerte a una autoridad. Murillo, de 63 años, sigue en prisión preventiva, que ratificó posteriormente la Audiencia de Barcelona. El hombre alegó, en su petición para ser liberado, que tenía un trabajo fijo, familia, arraigo y que los comentarios los hizo en “el contexto de la problemática política ocurrida en Cataluña”.
El titular del juzgado abrió una investigación al francotirador por los delitos de conspiración para atentar contra la autoridad con uso de arma, amenazas graves, tenencia ilícita de armas, municipios y explosivos, así como incitación al odio. Para acordar su ingreso en prisión preventiva, el juez tuvo en cuenta que cuando fue detenido llevaba consigo dos armas de fuego y, en el registro de su domicilio, se le intervinieron otras 14 armas cortas y largas, algunas de ellas de guerra, que le habrían permitido disparar a un blanco desde 1.500 metros de distancia.
Con tres décadas de experiencia como vigilante de seguridad, Murillo, que frecuentaba entornos de personas de extrema derecha, disponía del permiso de arma C, necesario para su trabajo, y no tenía antecedentes penales. El juez pretende ahora aclarar si sus “capacidades mentales” pudieron influir en sus planes de atentar contra el presidente del Gobierno, que al parecer empezó a urdir cuando se hizo pública su intención de exhumar los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos.
El Gobierno garantizó ayer que la seguridad del presidente “en ningún caso se ha visto comprometida” y calificó la detención de Murillo de “incidente”. Por su parte, el presidente del Gobierno pidió “sosiego, serenidad, normalidad y trabajo” tras la detención del vigilante de seguridad. “La serenidad, sobre todo, en la vida pública”, dijo Sánchez, al tiempo que ha reiterado que “nuestra sociedad, que ama la convivencia, no se lo merece”.
ARSENAL PARA UN MAGNICIDIO