Muere la segunda mujer intoxicada por CO en Pamplona
Amelia Corera, de 91 años, fallece en la UCI; Jesús Arilla, de 88 años, en estado crítico con alto riesgo vital
PAMPLONA – La mujer de 91 años que resultó intoxicada por inhalar monóxido de carbono (CO) en su vivienda del Casco Viejo de Pamplona, Amelia Corera Salinas, falleció durante la madrugada de ayer en la UCI del Complejo Hospitalario de Navarra, convirtiéndose en la segunda víctima mortal de este trágico suceso. El otro herido por inhalar CO, Jesús Arilla Martínez, de 88 años, permanecía ayer ingresado en la UCI en estado crítico.
Amelia Corera fue ingresada el miércoles por la tarde en el Complejo Hospitalario de Navarra con síntomas de haber resultado intoxicada por inhalar monóxido de carbono. La mujer fue encontrada por un hijo en estado de semiinconsciencia en la vivienda situada en la segunda planta del portal número 38 de la calle San Agustín, donde también fue hallado Jesús Arilla Martínez, y Victorina Lizasoáin García, de 86 años y amiga de la dueña de la casa, ya sin vida.
Los dos ancianos que habían sobrevivido a la intoxicación de monóxido de carbono fueron evacuados al CHN, donde ingresaron en la Unidad de Cuidados Intensivos con pronóstico muy grave. Durante la madrugada, se confirmó el fallecimiento de Amelia Corera, mientras que Jesús Arilla se mantenía ayer en situación crítica, con un elevado riesgo vital.
CO, LA MUERTE DULCE El monóxido de carbono, que se produce en la combustión de materiales como butano, propano, etc., es un gas incoloro, inodoro e insípido, que va debilitando las funciones del cerebro y del corazón de una forma progresiva y plácida, hasta llegar a un dulce sueño que puede ser irreversible. Cuando el porcentaje de CO en la sangre con respecto a la cantidad de oxígeno llega al 25%, comienza a hablarse de una intoxicación, ya que de ese porcentaje en adelante es necesario utilizar oxígeno puro para reducir la vida del CO en la sangre, e incluso puede ser necesario optar por tratamientos hiperbáricos. Si la intoxicación no es tan grave como para recurrir a un tratamiento de esta naturaleza, se utiliza oxígeno puro, que limita la duración del CO en el cuerpo a los 90 minutos.
En los primeros minutos de la intoxicación, el afectado comienza a presentar los primeros síntomas (mareos, nauseas, dolor de cabeza y cansancio), muchas veces imperceptibles si la fuga de gas no es grande y se inhala un porcentaje muy pequeño de CO. Sin embargo, a pesar de que la cantidad inhalada al instante no sea muy grande, la exposición continuada al monó-
xido de carbono puede llegar a provocar problemas físicos, con el riesgo de padecer lesiones irreversibles, e incluso la muerte.
El problema radica en que es difícil detectar la intoxicación por las propiedades de este gas e incluso puede ocurrir que tras intoxicarse y perder la consciencia, la persona continúe ingiriendo CO sin que nadie vaya a socorrerle. Por ello es importante que al notar los primeros síntomas, se tomen medidas, como ventilar las dependencias en las que se encuentre y acudir a un centro sanitario, ya que la pérdida de fuerza e incluso de consciencia puede hacer que sea imposible pedir ayuda. ●