El Banco de España prohibirá las hipotecas con peligro de burbuja
El organismo supervisor podrá restringir que los créditos puedan superar un determinado umbral de valor de la casa y la renta
PAMPLONA – Diez años después del estallido de la burbuja inmobiliaria, el Banco de España va a obtener finalmente poderes legales inéditos para impedir que se forme la siguiente. La ministra de Economía, Nadia Calviño, ultima una norma legal que faculta al organismo supervisor a prohibir las hipotecas más características de la burbuja, según una información publicada en El Mundo.
El plan es conceder al Banco de España el poder de restringir que los créditos hipotecarios puedan superar un determinado umbral del valor de la casa y de la renta del cliente y, además, que no sean a muy largo plazo en función de su edad. Calviño prevé llevar esta iniciativa al Consejo de Ministros del próximo día 14 en paralelo a la creación de la nueva Autoridad Macroprudencial, llamada a coordinar al aparato económico del Estado para prevenir nuevas crisis.
De hecho, ambas iniciativas legales tienen relación, porque Calviño ha rechazado que el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, presida esta nueva autoridad, que ella cree que le corresponde al titular del Ministerio. Pero, a cambio, ha aceptado conceder al supervisor poderes que no tenía en la explosión inmobiliaria de la pasada década y de los que aún hoy carece.
Un claro precedente es el Banco Central de Portugal que no sólo los posee, sino que los ha ejecutado ya este año ante la seria amenaza de burbuja en el país vecino. Desde el pasado julio, el Banco de Portugal ha establecido tres tipos de límite a su sector financiero “para que evite riesgos excesivos y que sus clientes dispongan de una financiación sostenible”. En consecuencia, la banca lusa no debe conceder préstamos hipotecarios que superen el 90% del valor del inmueble dado en garantía si se trata de vivienda habitual, o del 80% si es para otra finalidad.
El pago de la deuda no debe tampoco representar más del 50% de las rentas del cliente, salvo excepciones que permiten llegar al 60%. En cuanto al plazo de los préstamos, el Banco de Portugal reclama un máximo de 30 años para los hipotecarios y de diez años a los créditos al consumo.