Manuel de las Casas Sugerir en femenino
LA FÁBRICA DE GOMAS INAUGURA HOY UNA MUESTRA DEL PINTOR MADRILEÑO QUE CUENTA CON LA MUJER Y LAS MIRADAS COMO EJE
La figura femenina y una serie de miradas que sugieren, provocan, e incluso atrapan, son los ejes de la colección de obras del pintor madrileño Manuel de las Casas que acoge la galería La Fábrica de Gomas. La exposición, que se inaugura hoy a las 12.00 horas, podrá visitarse hasta principios de enero, en un horario que va de martes a sábado de 11.00 a 14.00 y 18.00 a 20.30 horas; y los domingos y festivos de 12.00 a 14.00 horas. Será una visita en la que desde el espacio artístico invitan a “dar más de tres segundos a cada obra”, ya que es ahí cuando, sin darse uno cuenta, “te engancha”.
Con esta exposición son tres las ocasiones en las que la obra de Manuel de las Casas (Madrid, 19242006) ha podido verse en Pamplona. Un pintor que si bien nació en Madrid, pronto se exilió a México, donde vivió más de veinte años hasta que regresó a España. Quizá aquella estancia en el país azteca influyó en cierta manera en el color y en las facciones de las protagonistas de sus cuadros, aventura Olivia Blasco, directora de la galería. Pro- tagonistas en femenino, sí, porque la veintena de obras que recoge la exposición está protagonizada en su mayoría por mujeres –solo en una aparece un hombre y otras dos son bodegones–.
Algunas de ellas se encuentran tapadas por un pañuelo, velo o manto –pero asoman pies descalzos–, otras ofrecen su espalda mientras parecen explorar el horizonte, y la gran parte de ellas parece observar, de forma sugerente y casi directa, pero a su vez tranquila, al visitante. “Si te paras tres segundos, los cuadros te hablan desde la serenidad, desde la calma, desde los trazos .... ”, apunta Olivia Blasco, que define la obra de De las Casas –“uno de mis pintores favoritos, era único–”
Las obras que recoge la colección están realizadas “sobre todo en óleo sobre lienzo, con alguna tabla y algún acrílico” y es “atemporal”, ya que a su juicio era un pintor avanzado respecto a su época y sus cuadros, realizados entre la década de los 60 y hasta los 90, sobrecogen en gran parte por su temática en femenino, ya que “hoy día el tema de los velos, las mujeres tapadas o el maltrato están a la orden del día, pero en estas obras no hay maldad, sino todo lo contrario: en los 60 o 70 en cualquier pueblo te encontrabas con una mujeres con un pañuelo en la cabeza”. Eran “las tapadas”, recuerda Olivia Blasco, en alusión a la etiqueta con la que los periodistas de la época bautizaron a estas figuras femeninas en su momento.
Sin lugar para lo monocromático, los cuadros expuestos juegan con las masas y colores, muchos de ellos mostrando contrastes desde lo colorido cara frente al negro, pero siempre desde un equilibrio de composiciones que da lugar a encontrar “momentos para la abstracción, otros momentos de surrealismo, otros de expresionismo...”. Y todo ello pintado desde “el lado amoroso y el respeto”, recalca, en el que también se deja pie al lado sensible de cada uno y plantea el juego de imaginar quién o qué envolvió la historia de esa mujer protagonista. Una invitación, en definitiva, para perderse en esas sugerencias femeninas. ●