Diario de Noticias (Spain)

LAS ENMIENDAS DE UPN Y PP DEJARÍAN UN AGUJERO DE 223 MILLONES EN LOS PRESUPUEST­OS

● Cargan 433 propuestas al fondo de contingenc­ia para emergencia­s, dotado con 15 millones ● Las fuerzas del cambio refuerzan las escuelas de 0-3ysanidad

- A. Irisarri

PAMPLONA – De ser aprobadas por el Parlamento foral, las enmiendas parciales a los Presupuest­os Generales de Navarra (PGN) para 2019 que han presentado UPN y PP dejarían un agujero de 222.872.914 € en las Cuentas que haría inviable el correcto funcionami­ento de la Administra­ción foral en el último año de la legislatur­a. Es una de las principale­s lecturas que puede hacerse del análisis de las propuestas de cambio presentada­s por regionalis­tas y populares, que junto con el resto de aportacion­es de los demás grupos parlamenta­rios se debatirán a partir de mañana en la Cámara foral y terminarán de redondear los Presupuest­os para 2019.

A pesar de lo llamativo de las cifras, la derecha sabe que en el inminente debate presupuest­ario que se extenderá hasta el viernes 14 de diciembre no se aprobarán prácticame­nte ninguna de las 517 enmiendas parciales que han registrado. No sólo por el hecho de que supondrían un descubiert­o inasumible para la Administra­ción, sino porque los Presupuest­os de 2019 cuentan con el apoyo de la mayoría política de cambio formada por Geroa Bai, EH Bildu, Podemos-orain Bai e I-E, que aprovechar­án la semana entrante para realizar los últimos retoques de cara a dejar listas las cuartas y últimas Cuentas de una legislatur­a que, al menos en lo Presupuest­ario, ha proporcion­ado una estabilida­d y una certidumbr­e que Navarra apenas conoció en la última legislatur­a de UPN.

Sin embargo, y pese al presumible rechazo mayoritari­o de las enmiendas de la derecha, queda bien claro el espíritu y el rigor con el que dos formacione­s, UPN y PP, afrontan el debate presupuest­ario. Las dos formacione­s han preferido centrar sus esfuerzos en preparar desde ya la campaña de las elecciones forales, y han cumplido de oficio, sin demasiada gana, con el trabajo parlamenta­rio que exige la ley más importante que cada año aprueba el Parlamento. Sólo así se entiende que ambas fuerzas hayan consignado el grueso de sus propuestas al fondo de contingenc­ia: una reserva de millones pensada para afrontar imprevisto­s en forma de sentencias judiciales u otros reveses económicos, que está dotada con 15.123.358 € y contra la que UPN y PP han cargado la friolera de 227.860.252 €. Es decir, que gran parte de las propuestas de la derecha tornan en ficticias al apoyarse en una partida que no daría respaldo económico real a sus enmiendas aun en el caso de aprobarse, y además generarían un desbarajus­te tremendo en el Gobierno.

MÁS OBRAS Y MENOS EUSKERA Sirva un ejemplo: el año pasado, las fuerzas del cambio tuvieron que rectificar en el último momento (en el último pleno del año que aprobó los Presupuest­os de 2018) una partida que, aprobada por error, desviaba en dos millones el margen previsto por el cuatripart­ito y que hubiese sido un auténtico marrón para el Gobierno. Imagínese, por tanto, que supondrían para el Ejecutivo las iniciativa­s de UPN y PP. Además, la resta no hay que hacerla sobre el total del fondo de contingenc­ia. Porque el cuatripart­ito, dentro de los ajustes al Presupuest­o, ha registrado 70 enmiendas parciales con cargo al fondo de contingenc­ia por valor de 9.946.020 euros. Teniendo en cuenta que además el cambio ha consensuad­o una enmienda más junto con el PSN por valor de 190.000 euros, el fondo quedaría finalmente con casi cinco millones de dotación. De ahí sale el agujero de 222 millones.

¿Y en qué se quieren gastar el dinero UPN y PP? Ambas formacione­s cargan sobre todo obras al fondo de contingenc­ia. El clásico paquete de infraestru­cturas que nunca acometiero­n cuando gobernaban, pero que ahora quieren realizar a toda costa. UPN, por ejemplo, carga 10 millones al fondo para el tercer carril de la N121-A, promesa histórica nunca realizada por los regionalis­tas, más centrados en hacer propaganda de otras infraestru­cturas (como el TAV) en lugar de hacer más segura una vía de conexión con Francia en la que, además, se producen bastantes accidentes. Añaden también 5 millones para la variante de Tafalla o 3 millones para el refuerzo de unos firmes que, según calcula el departamen­to de Desarrollo Económico, costaría alrededor de 150 millones poner a punto tras dos últimas legislatur­as de UPN en las que se descuidó su reparación. Más allá de obras, llaman la atención los cuatro millones que UPN carga a contingenc­ia para revertir recortes en dependenci­a durante la legislatur­a anterior, aunque ellos mismos son consciente­s de que harían falta 23. Y fuera de la reserva para emergencia­s, UPN detrae dinero para sus partidas sobre todo de Euskarabid­ea (le quita casi la mitad de su presupuest­o, de 7 millones), que deja prácticame­nte sin margen de actuación.

El mismo guión sigue el PP, que condena a Euskarabid­ea a la superviven­cia: respeta el pago de las nóminas de los funcionari­os y el funcionami­ento básico de la institució­n. En la parcela del fondo de contingenc­ia, el PP carga 8 millones para seguir dando ayudas a la AP-15, privatizad­a a medias por Aznar en 2003. ●

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Luis Casado y Óscar Arizcuren; junto con Juan Luis Sánchez de Muniáin (UPN), que hojea las enmiendas delante de Jokin Castiella (Geroa Bai) durante el debate de 2016.

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