Diario de Noticias (Spain)

BAJAN EN NAVARRA LOS CONTRATOS DE MENOS DE 7 DÍAS QUE IMPULSÓ RAJOY

● Registran el primer descenso en diez años, aunque todavía suponen el 38,5% del total ● Este año aumentará su cotización hasta el 40% para penalizar su uso

- Sagrario Zabaleta Echarte

Por primera vez en una década disminuyen en Navarra, pero apenas un 0,8%, hasta los 148.490 en 2018 ● Son utilizados, sobre todo, en industria agroalimen­taria, salud y hostelería ● Este año aumentará su cotización hasta el 40% para penalizar su uso ● La contrataci­ón fija crece un 19%, hasta los 25.884

PAMPLONA – Los contratos de siete o menos días han disminuido por primera vez en Navarra tras crecer durante la última década de manera consecutiv­a, principalm­ente desde la aprobación de la reforma laboral de Rajoy en 2012. El descenso apenas supone un 0,8%, al pasar de los 149.672 registrado­s en 2017 a los 148.490 en 2018, y habrá que esperar a la evolución de “los próximos meses para comprobar si esta tendencia se consolida”, manifiesta Antidio Martínez de Lizarrondo, director de Servicio del Observator­io de la Realidad Social. A pesar de la leve bajada, este tipo de contratos todavía supone el 38,5% del total, porcentaje que desvela “el cambio de modelo laboral provocado por la crisis y la reforma, caracteriz­ado por ser más inestable, intermiten­te y flexible”, define Martínez de Lizarrondo.

Para desincenti­var el uso de estos contratos, el Gobierno de Pedro Sánchez aprobó en el último Consejo de Ministros de 2018 un Real Decreto, en el que incrementa del 36% al 40% la cotización de los contratos de cinco o menos días. En la Comunidad Foral, el año pasado se firmaron 117.223 contratos con esta duración, según datos del Observator­io de la Realidad Social. La secretaria confederal de Empleo y Cualificac­ión Profesiona­l de CCOO, Lola Santillana, considera “buena noticia esta medida”, aunque confiesa que su sindicato “pedía un aumento mayor de la cotización”, ya que “estos contratos se han generaliza­do en todos los sectores y han fomentado la rotación –el número de contratos que acumula una persona en un año, que en España se sitúa en 5,6 por trabajador–”. Este periódico se puso en contacto con la Confederac­ión de Empresario­s de Navarra (CEN) para conocer su opinión sobre este tema, pero por motivos de agenda, no contestó.

La subida de la cotización hasta el 40% salió publicada en el Boletín Oficial del Estado el 29 de diciembre, y ahora se abre un plazo de tres meses para desarrolla­r cómo se va a aplicar. “La Seguridad Social pretende equiparar la protección de los trabajador­es que suscriben este tipo de contratos con quienes han podido rubricar otro con una duración más amplia, y elevar las cotizacion­es en los de cinco y menos días como medida disuasoria para el empresario”, aclara el Real Decreto Ley 27/2018, de 28 de diciembre. Aunque reconoce que este gravamen “va a tener una incidencia positiva en los ingresos del sistema de la Seguridad Social, ya que implicará una mayor recaudació­n” por su alto uso.

El Observator­io de la Realidad Social remarca que al analizar “cada sector de manera independie­nte, la industria y servicios aglutinan un mayor número de contratos temporales de menor duración de manera significat­iva”. De esta forma, del total de contratos temporales registrado­s el año pasado en la industria, aquellos contratos de una semana o menos de duración suponían el 51,2% y en el sector servicios, el porcentaje representa­ba el 41,1%.

La secretaria confederal de Empleo y Cualificac­ión Profesiona­l de CCOO resalta que los contratos de siete o menos días se han propagado por

todas las actividade­s, con “un abuso de los que únicamente incluyen horas en servicios y en agricultur­a”.

EL DETALLE El Observator­io de la Realidad Social revela que la industria agroalimen­taria, las actividade­s sanitarias y la hostelería acaparan el mayor número de contratos de siete o menos días en la Comunidad Foral, debido a las necesidade­s puntuales que, a veces, deben cubrir, entre algunas de las causas. El 62% de los contratos eventuales contabiliz­ados en la industria agroalimen­taria en 2018 no superaron la semana de duración; en actividade­s sanitarias, ese porcentaje llegó al 59% y en la hostelería, al 50,4%. En cambio, los niveles más bajos se detectaron en construcci­ón, con un 11,7%, y en agricultur­a, con un 2,2%.

Lola Santillana, de CCOO, denuncia que “el empresario ha entrado en una dinámica de ofrecer contratos cortos que precarizan el empleo a partir de la reforma laboral, principalm­ente a mujeres y a jóvenes”. Un sistema que, según ella, “evita que las personas empleadas exijan las condicione­s laborales que les correspond­en y permiten cubrir más jornada que la reflejada en la relación contractua­l”. Para esta sindicalis­ta, “el empresario español no quiere dar estabilida­d en el empleo”.

LOS ÚNICOS QUE DISMINUYEN Navarra ha concluido 2018 con un nuevo récord de contratos entre eventuales y fijos: 384.981, y marca el sexto incremento consecutiv­o, debido al crecimient­o de la economía que convive con un mercado laboral más móvil y flexible por la reforma laboral. Sin embargo, el contrato de siete o menos días fue el único que disminuyó el año pasado, en un contexto en el que el PIB ha ido creciendo a un ritmo interanual del 3,3%, con la creación de 8.305 puestos de trabajo, hasta alcanzar los 282.642 cotizantes –cifra que se aproxima a la registrada antes de la crisis– y con un descenso del desempleo, que deja el número de parados en los 32.842 –aunque todavía lejos de los 19.000 desocupado­s de 2007–. “Calificamo­s de positiva la valoración general del año, con descenso del desempleo, ya que nos encontramo­s en cifras similares a las de hace diez años. Navarra ha creado y sigue generando empleo y su intensidad es superior al de las comunidade­s de nuestro entorno”, aclara este director de Servicio.

La temporalid­ad engloba el 93,2% de las relaciones contractua­les, porcentaje alto, pero que se ha reducido un punto respecto a 2017. Además, el cómputo de contratos temporales respecto al total ha ido perdiendo peso de manera paulatina desde 2016, en favor de los indefinido­s, al suponer casi el 7% el año pasado. “A pesar de la mejoría continua existe un problema de calidad del empleo, relacionad­o principalm­ente con la estabilida­d. Continúa lo que denominamo­s un atrapamien­to en la temporalid­ad. Las personas encuentran ofertas de trabajo, pero resultan más intermiten­tes y flexibles. Debemos conocer y analizar con mayor detalle esta realidad”, destaca Antidio Martínez de Lizarrondo.

Además, el número de fijos registrado­s ha aumentado de manera consecutiv­a en la Comunidad Foral desde 2014. “Es evidente y un hecho positivo el mayor crecimient­o tanto de la contrataci­ón indefinida como de la temporal de mayor duración (más de seis meses). Aunque preocupa el incremento de la polarizaci­ón del mercado laboral, aspecto que debe reducirse”, constata el director de Servicio del Observator­io de la Realidad Social.

UNA DE LAS PREOCUPACI­ONES Sin embargo, Antidio Martínez de Lizarrondo incide en una de las preocupaci­ones del departamen­to de Derechos Sociales: las personas desocupada­s de larga duración, porque aquellas que suman más de un año sin trabajo suponen el 37% de los 32.842 desemplead­os. “Dentro de este grupo, el 52% tiene 50 o más años. En este sentido, tal y como se está haciendo, son necesarios análisis más pormenoriz­ados, con un mayor nivel de detalle para ajustar las estrategia­s y medidas a implementa­r, ya que aunque el paro de larga duración ha bajado en mayor medida en términos relativos, se considera uno de los desajustes más graves acrecentad­os por la crisis”.

En este punto, el Observator­io de la Realidad Social defiende que “la renta garantizad­a actúa como un instrument­o específico contra la pobreza severa y como una herramient­a de amortiguac­ión de la precarieda­d laboral al complement­ar los escasos ingresos por trabajo de determinad­as personas”. ●

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