Las promesas de UPN y PP para 2018 se han quedado a medias
De los 135 millones anunciados se han ejecutado menos de la mitad, y muchas medidas siguen pendientes
PAMPLONA – La inversión pública prevista por el Gobierno central para Navarra el próximo año mejora notablemente el gasto de los dos últimos presupuestos presentados por el PP, de 76 y 56 millones respectivamente. No obstante, el presupuesto de 2018 fue mejorado después tras el acuerdo presupuestario entre UPN y PP, que elevó la inversión final en 134 millones más, pero de los que se han ejecutado menos de la mitad. Tampoco se han aplicado otras medidas de las anunciadas sin coste presupuestario.
En el lado del cumplimiento quedan las obras del tren de alta velocidad. Paralizadas desde 2013, UPN reclamó su reactivación a cambio del apoyo a los presupuestos de 2017. Con la excusa de la crisis, el Gobierno central ni siquiera había avanzado en los trámites administrativos de la obra, de poco coste y larga duración, por lo que el acuerdo presupuestario en la práctica apenas tuvo efectos en inversión pública. Esta se empezó a concretar ya a finales de 2018, una vez licitadas las obras, pero para entonces el PP ya no estaba en la Moncloa.
Aquellos trámites no obstante han permitido que las obras avancen ahora, aunque siguen limitadas al tramo entre Castejón y Campanas sin conexión a corto plazo ni con Zaragoza ni con Europa. Lo que deja en cuarentena la promesa de UPN de que Navarra iba a contar con una inversión cercana a los 3.000 millones para el TAV. Entre 2017 y 2019 solo se van a ejecutar 50, y el plazo de 2023 para la puesta en marcha de todo el corredor que supuestamente garantizaban populares y regionalistas queda hoy más lejos que nunca.
También se han ejecutado, o están a punto de hacerlo, las subvenciones para mejorar los descuentos en la AP-15 y el tercer carril en la N-121-A que UPN y PP presentaron como logros propios, pero que en realidad son competencia del Gobierno foral. Ello ha hecho necesario una larga tramitación administrativa y, a día de hoy, Navarra todavía no a recibido el dinero prometido hace ya ocho meses. Además, la supuesta gratuidad de la AP-15 no será íntegra, ya que afectará solo a usuarios de la Via T que hagan un viaje de ida y vuelta en menos de 24 horas, y que además deberán pagar el IVA del peaje porque así lo exige la normativa desde 1997.
Algo similar ha ocurrido con las inversiones prometidas a los ayuntamientos para instalaciones deportivas, todos menos el de Tudela gobernados por UPN. La precipitación y falta de previsión en muchos casos con el que se plantearon las enmiendas pilló a la mayoría de los consistorios sin proyectos en marcha, que han tenido que desarrollar a contrarreloj para no perder la subvención. Además, Tudela, para quien UPN pidió tres millones con los que construir un nuevo polideportivo, ha tenido que negociar con el Consejo Superior de Deportes para que el dinero se pueda destinar a distintas infraestructuras deportivas, mucho más necesitadas de mejoras.
El resto de medidas pactadas se han ejecutado de diferente manera. Los siete millones con los que la CHE debía limpiar el río Ebro se han ejecutado en parte, pero lo han hecho en todo el cauce y no solo a su paso por Navarra. Las ayudas para el CENER y el Centro de investigación UN estaban sin ejecutar en noviembre y los 80 millones, que UPN presentó como gran logro para facilitar las prejubilaciones en Volkswagen no se han cumplido porque la enmienda era un brindis al sol sin encaje legal. Tampoco se ha arreglado el problema con los examinadores de Tráfico y ni se ha aprobado la jubilación anticipada de los policías forales, tal y como aseguraron UPN y PP.