LA CAÍDA DE POBLACIÓN AFECTA YA A LAS CABEZAS DE MERINDAD
● Estella y Sangüesa acumulan en una década cifras a la baja ●Tafalla (Merindad de Olite) pierde un 10% de habitantes de 2010 a 2018
PAMPLONA – La estampa no es, ni mucho menos, la de calles vacías, frías, silenciosas y áridas. Todavía no. Pero la alarma de la despoblación ha saltado ya en las zonas rurales y es un hecho que los pueblos pequeños de la Comunidad foral son, cada vez, más pequeños: la mitad no llega a los 500 habitantes. Puede que los vecinos, en busca de cierta comodidad, emigren a zonas más pobladas para disfrutar a escasos pasos de casa de un mayor número de servicios, más cuando las carreteras que unen el pueblo con la ciudad se tornan cómodas para el viaje.
Y es que aunque Navarra cuenta cada vez con más habitantes –alcanzó en 2018 su máximo histórico de población con 647.554 empadronados y 4.320 nuevos residentes–, en el otro lado de la balanza más de la mitad de los municipios (142 de 272) perdieron vecinos el año pasado. Tal y como se desprende de los últimos datos del padrón publicados por el Instituto Nacional de Estadística, se trata de una realidad que comienza a afectar, también, a las cabezas de Merindad.
Estella, por ejemplo, ha ganado este año 34 habitantes pero perdió 376 en la última década, y algunos de los municipios que la conforman también han comenzado a resentirse. Desde 2008 han mermado en número de vecinos Mendavia (306 menos), Lerín (152), Lodosa (114) y Valle de Yerri (64), a pesar de que algunos de ellos han sumado en el último año.
Tal y como valora el alcalde, Koldo Leoz, al igual que otras cabezas de Merindad Estella “ha ido perdiendo población. Aunque consiguió sobrepasar la barrera de los 14.000 habitantes (ahora son 13.673) y ha acumulado años de crecimiento, la deslocalización de la industria ha llevado a que muchos vecinos se hayan ido a vivir, por ejemplo, a Pamplona. Desde el Gobierno de Navarra se ha priorizado que muchas empresas se establezcan en la ciudad y su comarca, en polígonos, con un acceso más fácil y cómodo”, señala, lamentando el traslado de la Bosch de Villatuerta.
El primer edil asume que “faltan políticas en busca de un asentamiento de la vida en los pueblos. Si no existen buenas comunicaciones se pierde calidad de vida y al final la gente busca comodidad, núcleos urbanos con más servicios. Estella, como cabecera de comarca, cuenta con más servicios y quizás esa es la clave. Desde el Ayuntamiento hemos apostado para ofrecerlos y que la gente no se vaya”. Cita como ARTURO GOLDARACENA ENEKO LARRARTE ejemplos la Escuela de Idiomas, la ampliación de la oferta formativa, un hospital “puntero” o el mercado de productos locales, demandando más implicación foral en las políticas agrarias. “Las convocatorias de ayuda para el desarrollo rural son la llave para asentar la población en los pueblos más pequeños”, afirma.
En la Zona Media de Navarra, aunque la cabeza de Merindad –Olite, con casi 4.000 habitantes– goce de crecimiento poblacional (ha pasado de los 3.067 en 2008 a los 3.931 el año pasado, sumando 324 habitantes en una década y cerrando el año en positivo), su localidad vecina más representativa y los alrededores no cuentan con la misma suerte. La pérdida es notable sobre todo en Tafalla, con casi 700 vecinos menos en los últimos 10 años, aunque han descendido también Falces (295) o Miranda de Arga (107) y Larraga (37), que en el último año ha conseguido mantener sus 2.060 residentes.
Arturo Goldaracena, alcalde tafallés, asume que el descenso poblacional es un problema “importante” que afecta no solo a su municipio sino a toda la Zona Media. “Hay una tendencia negativa sobre todo en los últimos años, de 2010 a 2018 Tafalla ha descendido en más de 800 habitantes, un 10%, y es mucho. Es algo generalizado y si Tafalla no tira, la comarca tampoco”, valora. Explica que cuentan con servicios “con un coste elevado, y con menos población los ingresos disminuyen... Si se van mermando, los jóvenes se marchan y no viene gente. Es preocupante”, señala, destacando que “mucha gente trabaja en la Zona Media pero no sabemos cuántos de ellos también viven aquí”.
“El descenso es generalizado y si Tafalla no tira, la comarca tampoco”
SITUACIÓN ESTRATÉGICA El mayor problema, asume Goldaracena, es la cercanía a Pamplona, con la que Tafalla “no puede competir” a nivel comercial. “Estar bien situados estratégicamente, a sólo 20 minutos, es nuestra cruz. Es un viaje cómodo y al final la gente prefiere vivir en la capital. Ahora hay dos polos, Pamplona y Tudela, y es un problema que se va a ver agravado porque nadie nos da solución”, lamenta, mientras asegura que “con
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