Vender la verdad en un solo libro

No se puede creer que la Unión Europea esté legislando para ponerle el cascabel al gato de Google para que pague por todos los contenidos que utiliza, como hacemos la mayoría de los compradores cada vez que entramos en un comercio. Está claro que va a ser difícil. En Google dicen que esta medida solo va a favorecer a los grandes editores porque a ellos no les va a dar la vida para llegar a acuerdos con el resto que, según se calcula, son unos 100.000 solo en Europa. Como excusa no está mal pero supongo que el resto de los pequeños ya se buscaran la manera de hacerle llegar la factura a Google si ese es el problema. Y qué les voy a decir del resto de redes sociales tipo Youtube o Facebook, Twitter... Está claro que la legislación se tiene que aplicar para que los millones de usuarios no acabemos por interiorizar que el todo gratis se va a mantener ya para siempre. Ejemplo de quienes sí han sabido sacar partido a las nuevas tecnologías y cobrarlas han sido los de Netflix, que de un videoclub de barrio han pasado a abrir una sucursal en cada salón de estar (bueno, esa es su idea porque de momento solo están en los salones más ricos), aunque su aspiración es conquistar a todos que puedan permitírselo. Ahora estrenan dos series curiosas. Una es el estreno de un documental sobre abusos sexuales en instituciones de la Iglesia. Un tema como muy nuestro, como muy complejo, como de gran magnitud pero que nadie se ha atrevido históricamente a hincarle el diente. Otro tema novedoso es el que propone la youtuber Marie Kondo, que dice poseer un método para alcanzar la felicidad ordenando la casa: deshacerse de las cosas que no usas y de las que te dan mal rollo pero agradeciéndoles el haber estado ahí durante todo este tiempo antes de tirarlas. Entre otras perlas dice que no acumulemos más de 20 libros. Estos de Netflix acaban de llegar y ya se han puesto a practicar la hoguera. Al final nuestras librerías reducirán todo a un solo libro. ¿Estará ya escrito? ●