¿YUNQUE O MARTILLO?
PAREJAS ELEZKANO II RESUELVE EN ZUMAIA FRENTE A LOS PEGADORES IRRIBARRIA-ZABALETA Y ES LÍDER CON REZUSTA
PAMPLONA – La sombra de Danel Elezkano cubrió ayer el frontón Aitzuri de Zumaia. Gigante. Dictatorial. Con más valor todavía al encontrarse enfrente Iker Irribarria y José Javier Zabaleta, dos pegadores sin contemplaciones, cuyo leitmotiv se centra en el músculo y después ya veremos. La sombra del vizcaino fue una tortura permanente sin ser el pelotari más activo del cuarteto, porque su trabajo seduce por tener tanta inteligencia como osadía. Más aún al mezclar potencial con Beñat Rezusta, pegador lleno de cualidades. El bergararra es un zaguero de mil caras. Quizás no marca diferencias espeluznantes como en los dos últimos Parejas, donde su dominio fue inapelable, pero con un pelotazo veloz, piernas de maratoniano y un sentido crítico del juego viste de corbata cada una de sus actuaciones. Su propuesta, multicolor, tiene trazas de camaleón: puede romper, puede trabajar, puede andar... Prodigio de Darwin. Siempre con un carácter competitivo que no se agarra a los aspavientos o al grito desmadrado. Beñat y Danel son tal para cual. Y se acodan en el liderato del Parejas con, quizás, su actuación más completa ante unos rivales industriales.
La sombra de Danel se enderezó cuando pintaban bastos. Irribarria, que fue de más a menos en su afán estilista, abrió el partido como protagonista. Y el compromiso de Zumaia se puso azul. El de Arama exhibió potencia para abrir huecos y rompió en los cuadros alegres. Mandaron 1-5 y 3-9 en un inicio marcado por la velocidad en el remate del guipuzcoano.
Pero, en el mundo metalúrgico de los pegadores, Elezkano II no quiso ser víctima. Hay que elegir: ¿yunque o martillo? Danel tiró por la calle del medio en una actuación a dentelladas, un pitbull. Se vistió de domingo: asumió el mando en un catálogo de remates al txoko, saneó el trabajo de Rezusta en virtud comunista y sus adversarios empezaron a perder frescura. Camaleónico Beñat, anunció tambores de guerra. Siempre con hambre, amarró el choque para que su compañero aligerara. El filón del rincón se tradujo en un 7-9 que puso a temblar las piernas de sus adversarios. A Iker, atronador en el descorche, se le vino la timidez y Zabaleta bailó en aguas movedizas. Cerró la fábrica y Danel abrió la chistera.
La primera igualada llegó en el undécimo cartón y a raíz del 12-12 el camino fue colorado. Elezkano II tomó el peso de su combinación, que vive con el beneficio de las múltiples hojas de ruta, lo que denota una gran inteligencia. Estupendo el zaratamoztarra, el partido se desnortó hasta el 15-12 y el 21-16. Una escapada de Beñat y dos saques fueron la pimienta en el último tramo, que no afirmó Irribarria con un gancho a las tablas de contracancha. ●