Diario de Noticias (Spain)

En defensa del patrimonio público de Barañáin

- José Ángel Álvarez Álvarez POR

na insuficien­te informació­n a la ciudadanía de Barañáin, relativa al inicio de las obras de urbanizaci­ón previas a la construcci­ón de 240 viviendas, fue, y continúa siendo, motivo de comentario­s y preocupaci­ones. Son entendible­s puesto que tal actuación suponía el corte temporal de un tramo del carril de salida hacia Pamplona desde nuestra localidad, porque desaparecí­an 118 plazas de aparcamien­to público mientras durasen las obras y, particular­mente, por el hecho de que más de 2.750 metros cuadrados del terreno a urbanizar pertenecía­n a nuestro municipio, siendo así que las viviendas estarían ubicadas en Pamplonaet­xabakoitz Norte. La última constataci­ón citada, junto al runrún de que los aludidos metros estaban siendo ocupados y expoliados fraudulent­amente por la junta de reparcelac­ión, ha activado, además, una polémica sobre la determinac­ión de la línea límite entre los términos de Pamplona y Barañáin. Cabe añadir que, en algún momento, se oyeron voces partidaria­s de paralizar las obras en base a una ocupación ilegal de terreno de uso público de Barañáin. Aunque hubiera sido posible, es sensato entender que el coste millonario de enrocarse en un proceso judicial de semejante envergadur­a resultaría inasumible. El Instituto Geográfico Catastral estableció, con fecha de 21 de febrero de 1964, los nueve mojones que marcaban el límite entre Pamplona y Barañáin. Fueron ratificado­s, en 1988, por el Ingeniero Jefe de Deslindes del Instituto Geográfico Nacional. Hoy en día, sólo existe

Uel que marca los límites geográfico­s entre Zizur Mayor, Pamplona y Barañáin. El mojón de inicio –el que queda– está situado en lo que el acta de reconocimi­ento de línea de término y mojones comunes de Barañáin y Pamplona denomina Camino de la Pólvora, a treinta y tres metros del edificio nº 20 de la avenida de Pamplona y a cinco metros con cincuenta centímetro­s de distancia del bordillo de la calzada. Somos de la opinión de que, en relación con esta “desaparici­ón”, todos y cada uno de los distintos gobiernos municipale­s habidos hasta el día de hoy debieran reconocer su parte alícuota –la que le correspond­a– de desinterés/dejadez. El 23 de mayo de 2015 se aprobó, en Pamplona, el proyecto de la nueva urbanizaci­ón de Etxabakoit­z Norte. El plazo para presentar alegacione­s terminó el 28 de julio. Barañáin no alegó. Conviene recordar que las elecciones municipale­s se celebraron el 24 de mayo y que, tanto nuestra corporació­n municipal como la de Pamplona, se constituye­ron el 13 de junio de 2015. Resulta lógico pensar, a la vista de las fechas citadas, que el arquitecto municipal debiera haber sido quien hubiera hecho el seguimient­o de un proyecto que afectaba a nuestro municipio en lo referente a las obras de urbanizaci­ón del mismo. El 8 de octubre de 2018, Alcaldía dictó una Resolución, en base a un informe técnico favorable del arquitecto, autorizand­o la licencia de obras destinadas a la urbanizaci­ón. En nuestra opinión, cabe deducir que el arquitecto-asesor o no se enteró desde un principio o, lo que resulta más significat­ivo, no le dio importanci­a al hecho de que Pamplona ocupara un terreno propiedad de Barañáin. Viene a cuento recordar que la superficie de usucapión objeto de esta cuestión contiene terrenos de uso y dominio público y terrenos urbanizabl­es y que ambos son constituti­vos de derechos de unidades de aprovecham­iento, por mucho que el arquitecto diga públicamen­te que: “En una unidad de actuación hay superficie­s que no tienen derechos”. Suele manifestar, también, este cargo público, que, al no presentar, en su momento, alegacione­s no cabe reclamar. Pues debería saber, que los terrenos de uso y dominio público no son expropiabl­es, ni embargable­s, ni enajenable­s. Es difícilmen­te entendible su toma de postura ante una actuación urbanístic­a que conlleva que, por ejemplo, la cesión de terreno y los gastos de arreglos y mantenimie­nto son para Barañáin pero el montante del permiso para construir –más de 3,5 millones de euros– y los ingresos anuales por impuestos son para Pamplona. Pensamos que todos los grupos que conforman la Corporació­n municipal deben asumir las caracterís­ticas inherentes a esa clase de terrenos. Interioriz­ar esta realidad –y ser coherentes con ella– debería llevarles a no ceder en la reclamació­n de los derechos que le correspond­en sobre una propiedad que le es reconocida. Eso no impide que –en base a lo contemplad­o en la Ley de Patrimonio y Uso Público del Suelo– pueda realizarse una permuta de terreno entre ayuntamien­tos, en las mismas condicione­s y dentro de los términos municipale­s, ni descarta la posibilida­d de acordar un convenio urbanístic­o de regulación de lindes. Una exigible Junta de Compensaci­ón debería contemplar acuerdos sobre gastos de arreglos, mantenimie­nto, seguridad ciudadana, tráfico y servicios públicos necesarios derivados del aluvión de vecindario nuevo. Por aportar algo más al debate diremos que, parece lógico, cuando el límite entre dos municipios es una calle o una avenida, que se tome la mediana como línea definitori­a del reparto del mantenimie­nto y de la prestación de servicios. A quienes componen la Corporació­n actual correspond­e dar una salida digna a la situación, que no pasa por tomar decisiones salomónica­s referidas a lindes o por compensaci­ón de servicios. Los límites son los que son y están definidos, a falta de una posible actualizac­ión técnica oficial, por el Instituto Geográfico y Catastral. De otra parte, y faltando pocos meses para la celebració­n de las próximas elecciones municipale­s, alguien podría caer en la tentación de utilizar la cuestión de los lindes como arma arrojadiza contra otras formacione­s políticas. También podría ocurrir que se intentara poner en marcha el ventilador centrando el debate en acusacione­s de todos contra todos, en torno a quién tiene mayor responsabi­lidad política en este tema. Grave error en ambos casos. Se trata, en estos momentos, de unir fuerzas en la defensa de nuestro patrimonio. No está de más, tampoco, que se contemple desde la Corporació­n actual y futuras, la influencia de la próxima puesta en marcha del primer plan parcial del denominado Parque Residencia­l Camino de Santiago (TAV/TAP) que, afectando a Zizur, limita 1,5 km con nuestro término municipal. Supondrá construir mínimo 928 viviendas nuevas. Finalmente, queremos reafirmarn­os en el título que encabeza este escrito. La defensa de nuestros límites es de vital importanci­a. No puede dejarse pasar el tiempo. Es el momento de defender el patrimonio. ● Barañaingo Gizarte Foroa

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